
La obra para convertir a la Dellepiane en una autopista parque avanza con nuevas etapas y desvíos por cortes de tránsito. Hasta fines de julio estará cerrada la bajada de la calle Larrazábal, para concretar un paso clave que, a la obra vial, le suma trabajos hidráulicos que luego permitirán avanzar sobre las colectoras, la gran novedad del proyecto, junto a la construcción de carriles centrales exclusivos para el transporte público que a futuro pueden hacer que el Metrobus de la 25 de Mayo continúe por Dellepiane y luego pueda seguir por Riccheri hasta el Aeropuerto de Ezeiza.
Pero para eso será necesario contar con algún acuerdo político, ya que Riccheri, ahora en manos del Estado, es una de las autopistas que el Gobierno quiere privatizar y no está claro todavía quién será el que decida continuar los carriles exclusivos para transporte público, una solución de movilidad que permitiría resolver en parte una deuda histórica para conectar la terminal aérea internacional con el centro de la Ciudad en menos tiempo y con opciones económicas como un colectivo de línea.
Ahora, desde la semana pasada AUSA, la empresa porteña que gestiona las autopistas y está a cargo de los trabajos, cerró la salida a la avenida Larrazábal en el sentido hacia la General Paz. Según las estimaciones, se reabrirá en 15 días.
Allí se construirá la colectora. Pero primero se debe avanzar con una obra hidráulica que tiene como objetivo evitar inundaciones en ese sector de Lugano, en done la autopista corre en altura. Comenzó la instalación de caños de 1,5 metros de diámetro para reforzar la capacidad de conducción y escurrimiento del agua de lluvia. La zona es parte de la cuenca del arroyo Cildáñez, en donde se vienen haciendo trabajos desde hace años. Según la información oficial, el proyecto tendrá impacto en más de 3.700 vecinos y consiste en construir dos nuevos conductos y adicionar 247 sumideros nuevos.
Luego se montará la nueva colectora, una de las mayores novedades de la Dellepiane. Es que uno de los fines principales de la obra es abrir un nuevo tramo de ambas colectoras, ya que se interrumpen de un lado y del otro. Por ejemplo, en la mano hacia el centro, se puede llegar por la colectora hasta Río Negro, pero allí hay que desviarse por la avenida Riestra y para retomar hay que hacer cinco cuadras hasta Somellera, que es la primera que tiene paso a nivel para cruzar las vías del tren Belgrano Sur y así volver a Dellepiane.
La situación es similar en la mano a Ezeiza. Las colectoras son calles frentistas en las que el tránsito se mezcla con el transporte público y con rotondas y cruces. Y también se interrumpe o desaparece luego de Murguiondo.
Ahora, con Larrazábal cortada, una bajada que sirve para ir hacia Mataderos o, en sentido inverso, hacia Lugano o Villa Soldati, la alternativa que se puede usar es la salida previa, en Miralla, o la posterior, en Pilar. Para quienes van hacia el sur lo mejor es salir en Escalada, para cruzar por debajo de Dellepiane.
El proyecto del Ministerio de Infraestructura y Movilidad de la Ciudad tendrá impacto sobre todo en los barrios de Lugano y Parque Avellaneda, de las Comunas 8 y 9, y forma parte del Sistema Integrado de Movilidad Urbana.
Además de las colectoras y la incorporación de un corredor exclusivo para transporte público, contempla la mejora y la revitalización de los espacios verdes aledaños, creando un parque lineal de más de 4 kilómetros, a cada lado de la autopista. También se pondrán en valor las calles frentistas
Los próximos cortes, que ocurrirán desde el 21 de julio, serán el ingreso de Montiel a la Dellepiane, en la mano al centro (la alternativa es subir en el acceso de Rucci). Luego, en aproximadamente 15 días, se cerrará la salida a Piedra Buena en la mano a Provincia.
Como la fecha coincide con el inicio de las vacaciones de invierno, momento en el que se prevé menos tránsito, también habrá restricciones por obras en la mano izquierda de ambas manos, para comenzar con los trabajos de los carriles exclusivos para el transporte público.
Las colectoras, la obra más compleja
Sin dudas que el punto más complejo del proyecto son las colectoras, a las que se buscará darle continuidad más allá de las “interrupciones” que tienen en toda la traza. Por ejemplo, de ambos lados se debe sortear el puente del ferrocarril Belgrano Sur y la calle Río Negro, que genera un corte a 600 metros de General Paz y desvíos obligatorios por dentro de los barrios.
Para eso se buscará que las nuevas trazas empalmen con las existentes, entre las avenidas Piedrabuena y General Paz, con obras de pilotes y vigas de coronamiento en la parte norte, y trabajos entre la calle Rucci y el ferrocarril Belgrano, en donde ya comenzó a renovarse la calle frentista mediante la ejecución de nuevas veredas, en la mano sur.
También comenzó la construcción de dos nuevos puentes que cruzarán la autopista, uno ferroviario para el tren Belgrano Sur y otro vial para sostener la estructura de la calle Río Negro, a fin de permitir la excavación por debajo, con el objetivo de generar un paso que permita la circulación del tránsito. Estos nuevos puentes posibilitarán ampliar la altura libre de paso en Dellepiane, que hoy es de 4,50 metros y pasará a ser de 5,10 metros, “la amplitud es requerida para cumplir con los estándares viales del Mercosur para la red de tránsito pesado”, según explicaron fuentes vinculadas con el proyecto.
Por Dellepiane circulan 200 mil vehículos por día. Además, se espera que el proyecto tenga impacto en 63.000 vecinos de la zona y otros 15 mil usuarios del transporte público.
Carriles exclusivos
Aún en proceso de licitación, también se harán obras en los ingresos y egresos de una autopista que no sufrió grandes transformaciones desde que se inauguró. Las adecuaciones previstas tienen que ver con las bajadas y subidas, ya que es una traza que por momentos corre en altura, a nivel, o bajo el nivel de las calles perpendiculares.
Entonces, se buscará adaptar las entradas y salidas según longitudes de aceleración y los trazados "para optimizar la fluidez del tránsito y las condiciones de seguridad vial", dijeron fuentes del proyecto. Además, agregaron que se cambiarán por completo las defensas laterales y se colocarán amortiguadores de impacto.
Por último, la etapa final del proyecto tiene que ver con la construcción de un carril exclusivo para transporte público. La novedad serán los paradores centrales, con los que se busca también mejorar las condiciones de seguridad vial, ya que ahora, los colectivos tienen las paradas en los laterales dentro de la propia autopista.
El carril exclusivo se extenderá desde Piedra Buena hasta empalmar con el Metrobus 25 de Mayo, luego del peaje Dellepiane, que está a la altura de la avenida Lacarra. Tendrá una diferencia con el Metrobus de la 25 de Mayo, ya que será de doble sentido y tendrá el sistema de circulación inglés, como el del Metrobus de la 9 de Julio.
Además, los paradores nuevos estarán ubicados a la altura de las calles Piedra Buena, Cafayate, Avenida Argentina, Castañares, Escalada y Lacarra. Cada uno tendrá 50 metros de extensión, con capacidad para que puedan operar simultáneamente tres colectivos.
Al mismo tiempo, el proyecto contempla nuevas pasarelas elevadas que permitirán el acceso a las paradas desde ambos extremos.
Según la información que trascendió, el costo total del proyecto es de 75 millones de dólares. Según los plazos previstos, a mediados de 2026 comenzarán a terminarse las obras hidráulicas y las colectoras. Y el resto de los trabajos, con los carriles centrales y los puentes, en 2027.
Fuente: Clarín