
Vista Energy le compró a Petronas el 50% del bloque La Amarga Chica, en Vaca Muerta. Mediante esta operación, la compañía fundada por Miguel Galuccio y catalogada como la segunda productora de shale oil del país, se asoció con YPF, que seguirá siendo el operador.
Con esta adquisición, Vista apunta a acelerar su crecimiento y consolida una superficie total de 229.000 acres (más de 92.000 hectáreas) en Vaca Muerta. En siete años de actividad, desde su creación, pasó de producir 24.000 barriles equivalentes de petróleo por día (boe/d) a más de 120.000 boe/d estimados actualmente, incluyendo su participación en este nuevo activo. Lleva invertidos más de US$6000 millones, captados de inversores de todo el mundo.
De acuerdo con lo comunicado, Vista desembolsó US$900 millones en efectivo al cierre de la operación y pagará otros US$300 millones en dos partes iguales en los años 2029 y 2030. Además, Petronas recibió 7.297.507 de acciones de Vista.
“Con esta adquisición, ganamos una escala significativa en Vaca Muerta, incorporando un bloque premium con producción en crecimiento y bajos costos operativos, lo que nos permite acelerar el plan de largo plazo y fortalecer nuestro perfil de generación de flujo de caja libre. La operación no solo incrementa nuestra rentabilidad, sino que también mejora nuestro portafolio de locaciones listas para perforar en el área central de Vaca Muerta”, señaló Miguel Galuccio, presidente y CEO de Vista.
Y añadió: “Es especialmente relevante que, en el actual contexto macroeconómico global y de precios del petróleo, estemos consolidando un activo de alto margen y bajo punto de equilibrio, con fuertes sinergias con nuestra operación actual, lo que refleja nuestra visión constructiva de largo plazo sobre la dinámica de oferta y demanda de crudo. Estoy convencido de que esta es una oportunidad única para generar valor a largo plazo para nuestros accionistas”.
La Amarga Chica se convirtió en el tercer yacimiento que YPF pasó a etapa de desarrollo masivo, en 2018, luego de Loma Campana y El Orejano. Según precisaron, el proyecto contemplaba un desarrollo a 20 años, y una inversión de US$7000 millones.
Y más recientemente, en febrero pasado, YPF puso en marcha la segunda planta de tratamiento de crudo del yacimiento, una obra que implicó el desembolso de US$200 millones. El objetivo es duplicar la capacidad de tratamiento del bloque e incrementar en un 25% la posibilidad de procesamiento que la compañía tiene en sus desarrollos no convencionales.
La Amarga Chica produce en torno a 68.000 barriles por día, lo que lo convierte en uno de los tres yacimientos con mayor volumen del país. El 68% de la producción total de Vaca Muerta se explica por los siguientes cinco bloques -en este orden-: Loma Campana, Bajada del Palo, La Amarga Chica, Bandurria Sur y La Calera.
La salida de Petronas
Esta jugada marcó además el fin de las operaciones de Petronas en la Argentina. La empresa estatal de Malasia había llegado al país en 2014, cuando se asoció con YPF para el proyecto de La Amarga Chica.
En 2018, ambas compañías dieron por concluido el proyecto piloto, que requirió una inversión total de US$550 millones: se concretaron 33 pozos y se alcanzó una producción equivalente a 9800 barriles de petróleo por día. Y para esa fecha, entonces, YPF y Petronas ratificaron el inicio de la etapa de desarrollo masivo.
No obstante, hace un mes, Petronas informó que analizaba la continuidad de sus negocios en la Argentina. “Petronas revisa continuamente su portafolio de negocios en todos los países donde tiene inversiones, para asegurar que se ajuste de la mejor manera posible a su estrategia de crecimiento en un panorama energético en constante evolución”, aseguraron desde la compañía.
La noticia llegó meses después de confirmada también su salida del proyecto de construcción de una planta de gas natural licuado (GNL) con YPF, en Río Negro. En aquel negocio, la compañía había sido reemplazada por la angloholandesa Shell, la segunda mayor operadora de GNL del mundo.
Petronas seguirá ahora presente en el país solo a través de Vista como uno de sus accionistas.
Fuente: La Nación