05/03/25

El gran titán del gas que espera revolucionar el mercado y disparar su PIB un 11% con el yacimiento más grande del mundo

Catar pondrá en marcha un campo que tiene el 11% de las reservas del planeta. Su PIB se disparará en 2026 cuando el proyecto aterrice



Catar se ha convertido en un pilar fundamental en el mercado del gas a nivel mundial. Si bien estamos hablando del sexto productor a nivel mundial con solo 6 millones de metros cúbicos de producción anual (frente a los 33 millones de EEUU o los 22 millones de Rusia), sus reservas son claves para abastecer a Asia y, especialmente, está tomando un rol fundamental en el mercado gracias a su potente inversión en Gas Natural Licuado (GNL). El pequeño estado está realizando un ambicioso proyecto para ser el rey global en este formato. Para ello todo el país se ha volcado en un plan con el que esperan superar a EEUU y controlar el 25% del suministro mundial para final de la década. Este plan se basa, además de una enorme inversión en infraestructura, en la esperanza de que un solo campo crezca hasta tal punto que lleve a la potencia a ser un factor realmente dominante: North Field.

A medida que ya va aterrizando el proyecto, los analistas cada vez dan más por hecho que este yacimiento y toda la infraestructura que se generará a su vera producirán una auténtica revolución económica en el país y en el mercado energético mundial. Concretamente, desde Capital Economics esperan que en 2026 ya se dispare un 11% el producto interior bruto del país asiático. "Si bien creará un exceso de oferta mundial de GNL y pesará sobre los precios, el efecto del volumen compensará con creces este hecho y los ingresos de Catar por exportaciones de hidrocarburos aumentarán en un 20-25% aproximadamente". Esto derivará en que el PIB se dispare un 2,8% el cuarto trimestre de 2025, cuando North Field empiece a hacerse notar, para ascender un 13% el siguiente año. "Esto situaría a Catar entre las economías con más rápido crecimiento del mundo".

Sin embargo, toda esta revolución económica depende de un solo yacimiento. Pero, ¿Qué es North Field? Una empresa española que trabaja en el proyecto, Técnicas Reunidas (que es la ganadora del concurso de trabajos adicionales de ingeniería, compras y construcción), definía claramente este yacimiento: "Situado en el nordeste de la península de Catar, North Field es el mayor campo de gas del mundo no asociado a un yacimiento de petróleo y representa el 10% de las reservas conocidas de gas natural". Es decir, se trata de uno de los mayores proyectos gasistas de toda la historia de la humanidad.

Cabe recordar que si bien la producción de Catar no le permite estar más que en el sexto puesto, la realidad es que su gran capacidad de GNL le permite ser el tercer país del mundo en exportaciones, además del tercer país del mundo en cuanto a reservas probadas de gas. En ese sentido, el país hasta ahora había visto su crecimiento estancado por problemas sobre la explotación de este campo pues, al ser compartido en parte con Irán, este proyecto había quedado detenido por las sanciones estadounidenses, al menos en parte.

Ahora, con la moratoria resuelta, el estado del Golfo ha podido ampliar la capacidad de producción de GNL que pondrá sobre la mesa pasando de 77 millones de toneladas a 142 millones. Se estima que su yacimiento de gas South Pars/North Field contiene 50,97 billones de metros cúbicos de gas in situ y unos 50.000 millones de barriles de condensados, según la Agencia Internacional de Energía.

"Catar tiene yacimientos muy fáciles de operar además de una mano de obra muy barata"

Según QatarEnergy, el plan original para la expansión de North Field LNG pretendía desarrollar cuatro trenes de producción, cada uno capaz de procesar ocho millones de toneladas anuales. Sin embargo, el alcance del proyecto, ampliado en noviembre de 2019 y febrero de 2024, pretende sumar dos trenes adicionales de otros ocho millones de toneladas durante cada fase de expansión.

Esta última expansión requirió de cerca de 28.750 millones de dólares, según cifras de Catar Energy. Al calor del proyecto más grande del mundo se han reunido decenas de empresas de todo el planeta. Desde la japonesa Chiyoda a la francesa Technip Energies, contratadas por la firma asiática para la última ampliación. También han colaborado la ya mencionada Técnicas Reunidas, Samsung C&T o Wilson, entre otras. Esto solo para contratos puntuales; sin embargo, mirando al propio proyecto gasista, aunque Catar Energy tiene el 73,5%, la firma ha abierto la puerta a socios como TotalEnergies (6,25%), Shell (6,25%), ExxonMobil (6,25%), ConocoPhillips (3,125%), Eni (3,125%), Sinopec (1,25%) y CNPC (1,25%).

El plan de Catar

Catar ha expresado en múltiples ocasiones que espera, dada su posición estratégica, poder entrar a competir en dos mercados clave: Europa y Asia. Según la Agencia Internacional de la Energía el mercado mundial del gas crecerá un 50% para 2030 y los países que protagonizarán ese incremento serán la India, China y Japón. Su proximidad con el primero hace evidente las ventajas de inundar los puertos de Mumbai, Chennai y Mangalore de gas catarí. Sin embargo, para Japón el 21% de su mix energético es el gas y se trata del 90% de sus importaciones energéticas. Por su parte, Pekín es un auténtico devorador energético con 165 millardos cúbicos de gas importados.

Al margen de Asia, donde ya cuenta con una gran presencia, Catar quiere entrar en el mercado europeo. Actualmente tan solo suministra un 12,1% del GNL de la región, frente a un EEUU que ofrece la mitad de todas las importaciones europeas. Sin embargo, la idea del país asiático es ir aumentando su participación y convertirse en un pilar clave de la seguridad Energética del Viejo Continente.

El Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia señalaba que Catar cuenta con una ventaja estratégica con la que fácilmente puede tumbar a sus rivales estadounidenses, y también a prácticamente cualquier empresa de gas del mundo que compita contra ellos: sus precios ultrabajos. Según la misma, "Catar tiene yacimientos muy fáciles de operar (y por tanto baratos), además de una mano de obra muy barata". En resumen, esto haría que "el coste unitario de producir gas esté en los 0,3 dólares por megavatio hora" frente a los 3 a 5 dólares que paga el mercado. Unas enormes rentabilidades que permiten al país competir como ningún otro.

Fuente: El Economista