EL CALAFATE.– En un viaje que se preparó bajo un fuerte hermetismo, el gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, se reunió en Beijing con Huailiang Liu, presidente de China Gezhouba Group Company (CGGC), la principal accionista de la UTE que construye las represas hidroeléctricas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, paralizadas desde diciembre. “Estamos trabajando sin descanso para que las represas se pongan en marcha y generen los empleos que nuestra gente necesita”, afirmó Vidal desde el gigante asiático.
“Este es el tipo de proyectos que puede cambiar la realidad de Santa Cruz, y estamos decididos a que suceda”, enfatizó, a través de un comunicado de prensa que distribuyó este mediodía la gobernación. La reducida comitiva santacruceña está integrada por el ministro de la Producción, Gustavo Martínez, y –lo que llamó fuertemente la atención– por el recién nombrado interventor de la empresa estatal nacional Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), Pablo Gordillo Arriagada.
El viaje de Vidal se da luego del sorpresivo giro de Javier Milei frente a China, a la que elogió recientemente, y mientras el gobierno nacional evalúa fechas posibles para concretar una reunión entre el Presidente y su par chino, Xi Jinping. En este contexto, el gobierno argentino evalúa tres momentos: la cumbre del G20 a mediados de noviembre en Brasil, la cumbre Celac-China, en abril próximo, o una bilateral antes de junio del 2025, según informó ayer este medio.
Más allá de una mejora en las relaciones entre los dos países, las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner en Santa Cruz, las dos obras civiles más grandes que China tiene fuera de su territorio, están frenadas desde diciembre y el gobernador santacruceño encaró el viaje más relevante en los diez meses que lleva como gestión. En China fue recibido también por el embajador argentino en aquel país, Marcelo Suárez Salvia, quien lo acompañó en las reuniones.
“Este es el tipo de proyectos que puede cambiar la realidad de Santa Cruz, y estamos decididos a que suceda”, afirmó Vidal a través de un comunicado de prensa que distribuyó este mediodía la gobernación. La reducida comitiva santacruceña está integrada por el ministro de la Producción, Gustavo Martínez y el recién nombrado interventor de la empresa estatal nacional, Yacimientos Carboníferos Río Turbio, YCRT, Pablo Gordillo Arriagada.
“China, para el gobernador Vidal, representa un aliado estratégico fundamental, ya que no solo puede proporcionar el apoyo financiero necesario para mejorar el desarrollo productivo de la provincia, sino que también puede aportar tecnologías avanzadas que acompañen el proceso de modernización urgente para la recuperación económica y el desarrollo sostenible de Santa Cruz”, sostienen desde el gobierno provincial.
No es el primer contacto de Vidal con los constructores de la obra. En enero pasado, Zhang Jun, el CEO de la empresa, viajó hasta Río Gallegos, y le había solicitado a Vidal que interceda ante el gobierno nacional con el fin de tener certezas sobre el futuro de la obra, que están detenidas desde diciembre pasado y hoy cuentan con notable retraso en su construcción. Los vínculos con China siguieron aceitándose este año: en abril se dio la firma de un convenio de cooperación en materia económica y de inversiones entre el gobierno de Santa Cruz y la ciudad de Fuzhou, provincia de Fujian.
“Además de ser una de las obras de infraestructura más importantes en la historia de la provincia, estas represas tienen el potencial de dinamizar la economía regional, generando empleo sostenible y potenciando sectores clave como el energético e industrial”, sostienen desde el gobierno provincial.
“La colaboración con China no solo apunta a concretar la construcción de las represas, sino a establecer un vínculo a largo plazo que permita a la provincia desarrollar su perfil productivo de manera sostenible”, sostienen fuentes oficiales.
Una historia de contramarchas
Más allá de las inversiones, la reactivación de las obras es clave en Santa Cruz. Sin embargo, la última adenda (la XII) entre ambos países, que establecía nuevas condiciones de la obra, aún no está firmada. Las represas se financian con un crédito que otorgó el gobierno chino, a través del consorcio de bancos compuesto por China Development Bank Corporation, Industrial and Commercial Bank of China (ICBC) y Bank of China. A la fecha, transfirieron a la Argentina US$1850 millones del crédito total de US$4714 millones. El último desembolso realizado fue en noviembre de 2022, luego de transferir dos pagos por US$538 millones.
El proyecto hidroeléctrico se caracterizó por una sucesión de marchas y contramarchas en su desarrollo. Arrancó en el último año del gobierno de Cristina Kirchner, fue frenado por una cautelar de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y revisado durante la gestión del expresidente Mauricio Macri, cuando, además de rediseñar la potencia de las represas, recuperaron sus nombres originales: Cóndor Cliff y La Barrancosa, tras haberse llamado durante cinco años Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, respectivamente. Con el Gobierno de Alberto Fernández volvieron a renombrarse.
En 2021, ante el incumplimiento en los plazos prefijados, el financiamiento entró en suspenso hasta que la Argentina y China llegaron a un acuerdo, el año siguiente. Se trata de un acuerdo de enmienda y restablecimiento del contrato de línea de crédito. Los últimos datos oficiales disponibles indican que las obras tienen un avance cercano al 40%, en el caso de la represa Jorge Cepernic (ex-La Barrancosa), y de 25%, en el caso de la represa Néstor Kirchner (ex-Cóndor Cliff).
Las centrales están ubicadas a 145 kilómetros de El Calafate y permitirán aumentar un 4,5% la oferta de energía eléctrica nacional. La represa Jorge Cepernic tendrá una altura de 41 metros y contará con tres turbinas del tipo Kaplan, que proveerán 1780 GWh por año. La Néstor Kirchner tendrá 73 metros de altura y contendrá cinco turbinas del estilo Francis, que generarán 3167 GWh por año. En esta última, las demoras se acentuaron a partir del 2019 cuando saltaron las alertas por un desplazamiento de suelos en el área donde se estaba construyendo y desde entonces se trabaja en una readecuación del proyecto inicial.
Fuente: La Nación