La pulseada entre los funcionarios del Gobierno nacional y la mayoría de los sindicalistas aeronáuticos por los salarios de los trabajadores de la empresa Aerolíneas Argentinas, excede la cuestión gremial y enfrenta dos modelos de gestión y administración por los cuales ninguna de las dos partes en pugna podrá alcanzar un acuerdo.
Lo antedicho queda manifestado en dos puntos:
- La negativa del Gobierno a aumentar los salarios de los trabajadores de Aerolíneas, que desató una huelga salvaje en detrimento de los usuarios de la línea aérea y debates interminables en redes sociales acerca de cuánto ganan los pilotos y otros operarios de la compañía donde se muestran recibos de sueldo de manera constante.
- El rechazo de los sindicatos a la audaz propuesta del presidente Milei, esbozada en la campaña electoral, para que los trabajadores sean dueños y operen Aerolíneas Argentinas como quieran.
Esta posibilidad, que fue recientemente recordada por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, ya está disponible, como lo estuvieron los retiros voluntarios y las jubilaciones anticipadas de la compañía dirigida por Fabián Lombardo.
El decreto desregulador de la economía de fines de diciembre del año pasado significó la concreción de esa promesa de campaña del candidato libertario.
Con una serie de artículos, dejó allanado el camino para avanzar con su plan de campaña: entregar Aerolíneas Argentinas y sus empresas controladas a los trabajadores.
"Autorízase la cesión, parcial o total, del paquete accionario de Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas - Cielos del Sur y de sus empresas controladas, a los empleados de las respectivas empresas, de conformidad con el Programa de Propiedad Participada".
La redacción de este punto se complementó con la modificación del artículo 5º de la Ley 26.446, mediante la que se declaró de interés público a Aerolíneas Argentinas. La letra modificada prepara el terreno para que los trabajadores se queden con la empresa.
"Autorízase la cesión total o parcial de las acciones representativas del capital social a los trabajadores de las empresas Aerolíneas Argentinas Sociedad Anónima y Austral Líneas Aéreas - Cielos del Sur Sociedad Anónima y de sus empresas controladas (Optar S.A., Jet Paq S.A., Aerohandling S.A.) de conformidad con el Programa de Propiedad Participada. La cesión de los nuevos derechos se prorrateará entre los empleados que decidan participar en dicho programa de ampliación. Los empleados que participen de más de una de estas empresas deberán optar por su participación en una de ellas."
Se removió el límite existente del 10%, con el que podían participar los trabajadores en la empresa y, a pesar de esta noticia, no se conoce a ningún empleado que quiera participar en alguna de las compañías. Por el contrario, abierta la posibilidad de jubilaciones anticipadas y retiros, muchos prefirieron cobrar dinero en mano y salir de Aerolíneas.
No es de extrañar a juzgar por las declaraciones de algunos de los principales sindicalistas que paran a la compañía.
La postura de los gremios aeronáuticos
Edgardo Llano, es el secretario general de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), milita en la CTA de Hugo Yasky y es titular de uno de los gremios ultra kirchnerista. Fue el primero en rechazar la propuesta, considerándola como el "certificado de defunción" para la aerolínea de bandera.
Paradójicamente, lo que para muchos ciudadanos sería un premio al sacrificio del trabajo diario y un honor conducir una empresa de la magnitud e importancia de Aerolíneas, los integrantes de ese gremio consideran que entregar la compañía a los trabajadores sería fatal. Argumentan que la propuesta de Milei implica retirar los aportes estatales, una condición sine qua non para su funcionamiento.
Queda claro, entonces, la necesidad de financiamiento estatal con dinero público de todos los contribuyentes, incluso de aquellos que no vuelan. Llano afirmó, "esta empresa sin los aportes del Estado, no puede funcionar".
Entre los técnicos aeronáuticos de APTA de Ricardo Cirielli, que en los últimos acontecimientos se mostró más cerca de la conducción de la empresa, señalaron también las dificultades que tendrían los trabajadores si se hicieran cargo de la empresa en su totalidad. Al respecto, sostuvieron: "La verdad es que los gremios no tienen espalda financiera para sustentar la empresa y, muchos saben, que al no ser rentable, y con enormes juicios y reclamos, sin el aval del Gobierno nacional, ningún proveedor le va a vender nada. ¿Quién le va a vender insumos con la garantía de un gremio detrás? Nadie".
Al presentarse en sociedad la posibilidad que los trabajadores sean dueños de la empresa, el piloto Pablo Biró de APLA, el capitán del gremio más combativo a la política desreguladora de la administración de Milei, optó por no ser tan categórico como Llano al señalar que los trabajadores no podrían dirigir la empresa.
Cerca de Biró dejaron trascender que el sindicalista tomó nota sobre que en los artículos modificados nunca se nombró la posibilidad de privatizar la compañía aeronáutica. Solo dejaron armado el andamiaje regulatorio para que los trabajadores entren a la conducción de Aerolíneas.
Biró señaló oportunamente que, "cuando Milei, que es economista, vea el impacto de Aerolíneas sobre el PBI de la Argentina no solo no se la va a querer dar a los trabajadores, sino que va a buscar un management eficiente para potenciarla".
El titular de APLA se refería al impacto que la empresa tiene en un sector de la economía. "La ventaja de tener línea de bandera es que la usás como herramienta estratégica para desarrollar el turismo", dijo.
¿Por qué el Gobierno no otorga aumentos de sueldo?
Sin embargo, el escándalo de usuarios de Aerolíneas vagando por el aeropuerto, despotricando contra todos y perdiendo dinero de manera constante, por las huelgas que les generan tremendos perjuicios, tensaron todas las chances de alcanzar un pronto acuerdo. Este hecho se vio reflejado en las recientes declaraciones de Sturzenegger.
"El aumento para ellos tiene que ser cero", afirmó el ministro de Milei y explicó las razones. "La empresa -siendo deficitaria- no puede pedirles más recursos a los contribuyentes".
El funcionario comparó la situación de Aerolíneas con los ferrocarriles: En los trenes, "...la tarifa está regulada, mientras que Aerolíneas puede cobrar el ticket el precio que quiere. La empresa no tiene motivos para justificar ninguna pérdida".
Y se preguntó, "¿Con qué criterio pueden pedir aumento salarial? La empresa debe ser manejada con eficiencia y no generando aumentos salariales a costas del contribuyente".
Es en la defensa de los recursos públicos donde la gestión Milei se fundamenta para rechazar toda pretensión de aumentos salariales y que lleva a los gremios a endurecer sus posturas conflictivas manteniendo de rehenes a los pasajeros de los vuelos.
En Casa Rosada, sostienen que "hasta que la empresa no tenga una ganancia, no pueden salir a pedir más recursos" al Estado.
El plan B es que los trabajadores se hagan cargo de la compañía y le hagan ganar dinero y la posicionen entre las mejores líneas aéreas pero ese desafío lanzado desde la administración libertaria no parece haber encontrado respuesta alguna.
Fuente: iProfesional