La finalización de más de un centenar de contratos laborales en la construcción del proyecto CAREM desató una nueva polémica sobre la continuidad de la obra entre los gremios y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Los sindicatos denunciaron la paralización del proyecto, pero desde la CNEA respondieron que la obra continúa y que el esfuerzo ahora estará centrado en la solución de los desafíos de ingeniería y montaje electromecánico en el reactor prototipo. Por el momento, no aparece una alternativa de relocalización para los más de doscientos trabajadores desvinculados de la obra en el complejo nuclear Atucha en Zárate, como podría ser el proyecto de extensión de vida de la central nuclear Atucha I, cuyo comienzo hoy es una incógnita.
Esta semana finalizaron 140 contratos laborales en el proyecto CAREM con las empresas contratistas Masoero y Asociados, Conuar y Centro Construcciones. La cifra asciende a más de 200 despidos si se suman otros 89 contratos terminados hace dos meses. Masoero y Asociados es una empresa subcontratada por Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA), la operadora de las centrales nucleares y contratista principal en la obra del reactor.
Una audiencia llevada a cabo el viernes entre autoridades de NA-SA, CNEA, Jefatura de Gabinete de Nación y los gremios UOCRA y UECARA finalizó sin una solución al reclamo gremial de continuidad de los puestos. Frente a la falta de respuestas, la seccional Zárate de la UOCRA y la UECARA declararon la huelga por tiempo indeterminado hasta recuperar el 100% de los puestos de trabajo.
El secretario general de la UOCRA Seccional Zárate, Julio González, atribuyó la finalización de los contratos a una decisión del gobierno nacional de detener el proyecto. “La decisión de la CNEA es paralizar el proyecto”, disparó. El dirigente gremial advirtió que también peligran otros 160 puestos vinculados con las tareas de hormigonado, contratados a través de las empresas Nissan y Carjor.
La respuesta de CNEA
Desde la CNEA comunicaron que las desvinculaciones responden a que el proyecto está en una avanzada etapa de construcción de la obra civil y los contratos asociados a tareas específicas están finalizando. “La obra civil está esencialmente terminada. Faltan detalles que se van a ir completando en los próximos años, a medida que avancen los temas de ingeniería y el montaje electromecánico. Conforme se vayan terminando la ingeniería civil, la obra y lo que estaba planificado, van a ir entrando las otras especialidades”, afirmó el presidente del organismo, Germán Guido Lavalle.
Los temas de ingeniería y de montaje electromecánico se vinculan con la Revisión Crítica de Diseño del reactor CAREM, adelantada por Guido Lavalle a EconoJournal en mayo. El presidente de la CNEA confirmó este martes que ese trabajó culminó. “La revisión de ingeniería que se realizó muestra que, siendo un proyecto innovador, hay elementos para profundizar y probar. Son componentes nuevos y habrá que testearlos en condiciones de operación al momento de ser incorporados al reactor”, afirmó.
La CNEA agregó en el comunicado que se abocará junto al gobierno nacional al trabajo de ingeniería para poder llevar al CAREM a un nuevo estadio y que el proyecto “requerirá de nuevos fondos en el futuro”.
La Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM) es un prototipo de reactor modular pequeño (SMR por sus siglas en inglés) de 32 MW eléctricos. Es el primer reactor de potencia (de generación de electricidad) de diseño nacional. El objetivo del prototipo es probar el diseño y las tecnologías que permitirían avanzar a una versión CAREM comercial, de mayor potencia, en módulos de más de 100 MW.
Fuentes conocedoras del proyecto consultadas por este medio señalaron que la revisión de diseño es lógica por la complejidad del proyecto, aunque agregaron que existen trabajos civiles que podrían continuar más allá de la misma, como es el caso de las instalaciones vinculadas al balance de planta. Por ejemplo, la terminación de la sala para la turbina eléctrica Siemens.
No es la primera vez que se siembran dudas en torno a la continuidad de los proyectos nucleares como el CAREM o el reactor multipropósito RA-10. A principios de año, la presidencia anterior de la CNEA reclamó al gobierno nacional una deuda que derivó en el incumplimiento de pagos a los contratistas de los proyectos. Los abruptos recortes en las partidas presupuestarias para la obra pública y para ciencia y educación llevaron a pensar en una parálisis de los proyectos de la CNEA, aunque su construcción prosiguió a diferentes ritmos. En el caso del RA-10, las obras avanzan a buen ritmo, con un presupuesto comprometido para este año equivalente a US$ 40 millones según pudo saber este medio. El reactor tiene una fecha tentativa de puesta en operación para fines de 2025.
Extensión de vida de Atucha I
El reclamo gremial en el CAREM se inscribe en un cuadro laboral complejo en Zárate y en el sector nuclear en general. González explicó que solo en el municipio se perdieron 3000 puestos de trabajo en el sector de la construcción desde comienzo del año. En lo que respecta al área nuclear, existen dudas sobre la ejecución del proyecto de extensión de vida de la central nuclear Atucha I, que debería comenzar a fines de este mes.
El representante de la seccional de la UOCRA duda que los trabajadores despedidos del CAREM puedan ser relocalizados en el proyecto de extensión de vida de la central nuclear. “No es una alternativa para estos compañeros que hoy están siendo despedidos ni para los compañeros que ya venían esperando por una alternativa laboral debido a que Nucleoeléctrica avanza con la extensión de vida pero también manifiesta estar desfinanciado”, dijo González en declaraciones a AM 750.
El nuevo directorio de Nucleoeléctrica, que acaba de llegar a la empresa impulsado por el asesor presidencial Santiago Caputo tal como adelantó EconoJournal, no dio señales públicas aún sobre la ejecución del proyecto de extensión de vida. En el escueto comunicado interno sobre la asunción del directorio, Alberto Lamagna, el nuevo presidente la empresa, destacó como objetivo “la incorporación de capital privado en una empresa como NA-SA, líder en la generación de energía nucleoeléctrica en la región”.
El gobierno sondeó con la Autoridad Regulatoria Nuclear la posibilidad de postergar el proyecto para después del verano para poder contar con Atucha I. Pero el organismo regulador del sector nuclear desaconsejó poner a Atucha I en operación en el verano porque la central ya cumplió su ciclo y debe comenzar la parada de reacondicionamiento para extender su vida útil por 20 años más, una obra que tomará dos años.
Fuente: EconoJournal