La FAA retornará al país en los próximos meses para una nueva instancia de control del Programa de Evaluación de la Seguridad de la Aviación Internacional (IASA, por su sigla en inglés) y evaluar si el sistema aeronáutico argentino está en condiciones de mantener la Categoría 1, que es la máxima calificación de seguridad operacional, o si corre el riesgo de descender a la Categoría 2.
La FAA otorga la Categoría 1 al país que cumple con los estándares de seguridad para la supervisión de la seguridad en la aviación civil que fija la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI). Si una nación es calificada para la Categoría 1, sus operadores pueden brindar servicios directos a los Estados Unidos o asociarse al sistema de código compartido con compañías aéreas estadounidenses.
Si la FAA comprueba que las normas y regulaciones del país no son las adecuadas para supervisar a las aerolíneas, y que la autoridad aeronáutica civil, la ANAC, presenta carencias que podrían afectar la seguridad de los vuelos que se realizan a los Estados Unidos y/o la de los ciudadanos estadounidenses, degradaría a la Argentina a la Categoría 2.
En esa categoría los operadores no podrán iniciar o continuar el servicio a los Estados Unidos de manera normal ni participar en acuerdos recíprocos de código compartido con compañías aéreas estadounidenses y la FAA dejará de aceptar recíprocamente cualquier aprobación o certificación. Además, una pérdida de categoría ante la FAA dispara auditorías de otras autoridades aeronáuticas como EASA, la agencia de seguridad europea.
Esto tendría un impacto directo sobre los costos de las compañías, ocasionando un perjuicio económico de importancia para las empresas y para el país, ya que vería reducido su margen de negociación para la llegada de inversores, en un momento en que, precisamente es lo que se busca.
Tarea prolija
Fuentes oficiales señalaron que se está llevando adelante “una tarea prolija”, para responder a las recomendaciones de la FAA, que tienen que ver con certificaciones, actualizaciones del marco regulatorio y capacitación. Las fuentes señalaron que, anteriormente, no había una comunicación fluida entre la ANAC y la Secretaría de Transporte, a punto tal que la Secretaría no participó de la auditoría de abril y esa situación llevó a un desconocimiento de lo que se estaba haciendo, que era “muy poco”, para resolver los problemas planteados.
Desde el momento en que se decidió intervenir la ANAC, se inició un proceso de reorganización y armado de un equipo de trabajo para avanzar en la solución de cada uno de los temas apuntados. Se contrataron expertos en operaciones, en licencias y en aeronavegabilidad para abordar las diferentes problemáticas y colaborar en el plan establecido. Con cada uno de los expertos se desarrolló un plan de acción correctiva para cada acción con plazos para cada uno de los puntos y en la ANAC confían en poder “llegar a tiempo” para subsanar los temas en cuestión y resolver la situación.
Desde la autoridad aeronáutica indicaron que recientemente en un encuentro en Canadá, el Secretario de Transporte de la Nación le presentó a las autoridades de la FAA, el plan de trabajo que se estaba llevando a cabo para demostrar que se “está haciendo” lo necesario para resolver los 82 hallazgos detectados por el organismo estadounidense. Aclararon, no obstante, que se trata de “un problema de tiempo” y que se está “trabajando contra reloj”.
Decreto 844/2024
En otro orden, las fuentes aclararon que el decreto publicado el lunes 23 de septiembre en el Boletín Oficial habilita a que las compañías aéreas argentinas puedan incorporar flota y tripulación extranjera para volar el cabotaje en el país, pero bajo el nombre de la empresa local.
Un ejemplo de esto es lo que va a ocurrir con JetSMART, que en el mes de octubre incorporará dos aviones a su flota en Argentina con matrícula de Chile, sin la necesidad de matricularlas en el país.
Aclararon que, este decreto en particular oficializado hoy, no refiere a la posibilidad de que una compañía extranjera venga a operar con sus aviones en el cabotaje nacional, porque eso es resorte de la Secretaría de Transporte y los convenios firmados con diferentes países, abarcando la Octava y Novena Libertad.
Lo que oficializó el Decreto 844/2024, fue que ahora es la ANAC la encargada de autorizar la operación de tripulaciones y aeronaves extranjeras en compañías locales, cuando antes era el Poder Ejecutivo el encargado de hacerlo, lo que derivaba en que, cada vez que se planteaba una excepción, el presidente de la Nación debía sacar un decreto.
Lo que se hizo fue simplificar las cosas, según indicaron las fuentes, de manera tal de reducir los tiempos y los trámites, manteniendo la doble vigilancia sobre la seguridad operacional. Explicaron al respecto, que la posibilidad de que una compañía extranjera venga con sus aviones, sus pilotos y tripulación a volar doméstico en Argentina, es una decisión que no pasa por ANAC y responde a la política de Cielos Abiertos que está implementado el Gobierno nacional.
Las fuentes detallaron que lo que hoy se está haciendo, es eficientizar los procesos que permitan las operaciones dentro de los artículos 106 y 107 modificados, sin comprometer la seguridad operacional.
Fuente: AviacionLine