El gran salto de Vaca Muerta está en la exportación, tanto de petróleo como de gas de YPF. Para el crudo, hay varios proyectos abiertos, pero los recursos gasíferos requieren de una tecnología especial para llevarlos en barco y ofrecerlos a un mundo hambriento de energía ante los conflictos vigentes, con necesidad de diversificar sus fuentes de abastecimiento.
En ese escenario, la planta de licuefacción de YPF y Petronas está en la mira de las provincias con costa atlántica. Río Negro, gobernada desde diciembre nuevamente por Alberto Weretilneck, negocia para que el puerto y el complejo de gas natural licuado esté en el Golfo San Matías. De este modo le quitaría a Buenos Aires, administrada por Axel Kicillof, una de las mayores inversiones previstas del sector energético.
No es la primera vez que la Patagonia entra en la escena del gas natural licuado. La gestión anterior de Neuquén, a cargo de Omar Gutiérrez, ya había respaldado la opción del puerto y planta en el Golfo San Matías, en una señal para su colega rionegrina Arabela Carreras. Ahora, Weretilneck, en los primeros meses de su tercer mandato, recibió la señal de Horacio Marín, presidente y ceo de YPF en la era de Javier Milei, y de su par neuquino, Rolando Figueroa.
El territorio bonaerense tiene un vínculo estrecho con Vaca Muerta y la industria hidrocarburífera argentina en general, gracias a la refinería de YPF en Ensenada y el polo petroquímico en Bahía Blanca. Ahora, con la exploración offshore podría convertirse en productor de petróleo y gas. Es así que varias veces el ex ministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner indicó que podría afiliarse como el onceavo distrito dentro de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (Ofephi).
El combustible más preciado
YPF y Petronas tienen un acuerdo para analizar el mejor lugar para instalar una planta de licuefacción (que convierte el gas al estado líquido llevándolo a baja temperatura) y un puerto que reciba barcos de GNL. Consultoras privadas estiman las inversiones en torno a los 6.000 a 7.000 millones de dólares, pero hay mucha infraestructura adicional (gasoductos y compresoras, por caso) que elevaría el costo en los próximos 10 años a casi 40 mil millones de dólares.
El GNL es empleado como combustible para generar energía térmica, siendo durante años un dolor de cabeza para las cuentas argentinas cuando la demanda es mayor y tiene que importar, mientras espera la culminación de más gasoductos para cumplir con las necesidades locales.
Pocos países se destacan: Qatar, Australia, Estados Unidos, también Malasia (de donde es Petronas), son los principales países exportadores que dominan la escena. Los conflictos bélicos en Europa y Medio Oriente han llevado a Occidente a replantearse una diversificación de sus fuentes, por lo que la Argentina está en la mira y tiene una oportunidad en el mediano plazo.
Las empresas Excelerate y TGS tienen en carpeta otro proyecto de planta modular, que iría creciendo con la infraestructura y la producción. Hasta Tecpetrol, del grupo Techint, analiza una planta propia. Sin embargo, YPF abrió el juego para hacer una megaplanta de 25 millones de toneladas por año bajo la denominación GNL Argentina, invitando a más inversores.
Lo que falta para que Petronas confirme su inversión es un marco legal que le brinde seguridad. Así lo dijo un alto ejecutivo en el CERAWeek, un encuentro de petroleros en Houston: "Hemos hecho muchos estudios con nuestro socio YPF. El siguiente paso es madurar el proyecto, pero ahora estamos esperando la nueva ley de inversiones". Esa fue la frase de Abang Yusuf, VP Senior de GNL en Petronas, a Reuters.
YPF con la mira en Río Negro
Existe un proyecto de ley de promoción para las inversiones en gas natural licuado presentado por la gestión de Alberto Fernández, con el impulso del entonces superministro Sergio Massa. Junto a esa ley también estaba el régimen para el hidrógeno, que la australiana Fortescue espera para desembolsar en el megaproyecto en Río Negro.
Es así que el territorio rionegrino se convierte en un escenario de disputa de la nueva política energética y la relación tirante de la Casa Rosada con las provincias. Es que además del GNL y el hidrógeno, YPF está trabajando en un megaoleoducto que conectará sus producción en Vaca Muerta con un puerto en Punta Colorada con exclusividad para la exportación que fue bautizado como Vaca Muerta Sur Oil.
"Tenemos que convertir a YPF en una gran exportadora de crudo y hacer realidad el proyecto de GNL para el país. Si logramos eso, vamos a contribuir a cambiar la Argentina con el ingreso de divisas y el impulso del crecimiento de la economía”, dijo Marín de YPF en la conferencia Vaca Muerta Insights en Neuquén.
El ex-Tecpetrol, donde participó de cerca del desarrollo de Fortín de Piedra (el mayor yacimiento de shale gas del país), quiere que la acción de YPF en Wall Street pase de 16 dólares a 60 en los próximos seis años, enfocando en el shale neuquino y las exportaciones.
Fuente: LetraP