La línea B del subte quedó interrumpida en la tarde de este lunes debido a problemas técnicos y el pánico y la bronca se apoderaron de los pasajeros, que debieron evacuarse a pie y bajo tierra de una formación que quedó detenida -según los testimonios, con la gente encerrada casi dos horas- entre las estaciones de Ángel Gallardo y Malabia.
A fin de facilitar la salida de los viajeros atrapados y ante la desesperación de muchos, se procedió al corte de la avenida Corrientes desde su cruce con Acevedo para permitir el ingreso de ambulancias y bomberos que colaboraban en el operativo de extracción de las personas del subterráneo, ya que hubo reportes de algunos pasajeros descompensados por el agobio que significó el encierro extendido.
Los pasajeros fueron orientados hacia las estaciones cercanas a través de las vías. Según el Gobierno porteño, 18 personas debieron recibir atención médica y dos fueron derivadas a un hospital, hiperventiladas.
Desde la empresa Emova, concesionaria del servicio, informaron de la demora y emitieron respuestas a algunos reclamos de los usuarios. "Estamos trabajando para resolver lo más rápido posible la situación", escribió la empresa en sus redes, ante las quejas y viralización de videos.
Las quejas de los usuarios se hicieron notar en X. Varios pasajeros subieron videos del escape y hubo quienes reportaron que estuvieron más de una hora -y hasta tres- atrapados dentro de la formación.
"Vergüenza en el Subte B @Emova_arg sin protocolo de emergencia dejándonos más de una hora encerrados sin ventilación. Bomberos y ambulancia fueron contactados por los pasajeros", escribió una usuaria en la red social Twitter/X.
"Hora y media atrapado en el subte B antes de llegar a Malabia, no se podía ni respirar, casi la quedo", escribió otro pasajero.
Con el paso de las horas y la acumulación de quejas, la empresa emitió un comunicado. "Con respecto al evento ocurrido a en la Línea B este lunes por la tarde, Emova informa que a partir de las 17:45 se presentó un problema técnico en una formación detenida entre las estaciones Malabia y Ángel Gallardo", informó.
"A raíz de este inconveniente primero se tuvo que realizar un servicio limitado entre Dorrego y Rosas. Los mecánicos especializados intentaron realizar maniobras para mover la formación y evitar la evacuación, pero debido a que no fue posible, a las 18: 20 se procedió a interrumpir el servicio de la Línea y la energía para implementar el protocolo de seguridad operacional para estos casos y evacuar la formación detenida", agregó la comunicación institucional de Emova.
El comunicado culminó: "Simultáneamente arribaron a la estación personal de Bomberos, SAME y personal de Emova para asistir en el procedimiento que se realizó sin inconvenientes. Siendo las 19.30 se están realizando las verificaciones técnicas para reponer el servicio".
Desde Policía de la Ciudad informaron que de las operaciones de rescate participaron agentes consignados en las Líneas A y B, Bomberos de la Ciudad, el SAME y personal de la empresa EMOVA. Además, reportaron que de las 18 personas que fueron asistidas en el lugar dos requirieron traslado y fueron derivadas al hospital Durand "con dolencias y por hiperventilación".
Recién cerca de las 20, la línea B volvió a prestar servicio.
La línea D, también con problemas
Las interrupciones y demoras de este lunes no afectaron únicamente a la línea B de subtes. La D, que une Catedral con Congreso de Tucumán, también reportó fallas a lo largo de su recorrido, más temprano. Otro grupo de pasajeros debió salir hacia una estación caminando por las vías.
Tal lo que informó Emova a través de sus redes, entre las 10 y las 10.15 sólo prestó servicio entre Catedral y Plaza Italia, y circuló con demoras a las 14.41, 17.29. Las líneas A y E experimentaron problemas similares.
Los trenes de esta línea siguen presentando demoras a pesar de que estuvo cerrada por dos meses para implementar un nuevo sistema de señales que supuestamente iban a mejorar la frecuencia. En días normales, los usuarios reportan demoras de hasta 10 y 15 minutos entre trenes.
Fuente: Clarín