El presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, avanza con su plan denominado "4X4" que tiene como objetivo cuadruplicar el valor de la compañía en los próximos años. El foco estará puesto en la aceleración del desarrollo de Vaca Muerta, el negocio más rentable, mientras lleva adelante una agresiva desinversión en activos convencionales maduros con altos costos operativos.
El objetivo es replicar el modelo de Petrobras, que en las últimas dos décadas convirtió a Brasil en un jugador mundial de la industria petrolera tras el desarrollo del Presal en incrementó un 29% su valor bursátil, mientras que el de YPF cayó a razón de 4 puntos por año.
La nueva conducción de YPF considera que la compañía debe liderar el desarrollo de Vaca Muerta para empujar al resto de la industria para generar unos 30 mil millones de dólares al año en exportaciones de hidrocarburos hacia 2030.
El Plan 4x4 de Marín tiene cuatro fases: la primera, de corto plazo, es la aceleración del desarrollo de Vaca Muerta, donde concentrará el grueso de sus inversiones.
Retirada del covencional
La segunda, que ya se puso en marcha, es la desinversión en activos convencionales y en empresas participadas en los que “YPF pierde plata”.
El CEO y presidente de la petrolera bajo control estatal ya acordó con Santa Cruz la reversión de 10 áreas maduras, y avanzó en charlas con gobernadores de Chubut, Mendoza y Neuquén para avanzar con el plan de desinversión en activos que tienen altos costos operativos. Entre las opciones que se barajan están la reversión de áreas a las provincias, ventas de activos y acuerdos con pymes locales. Una consultora internacional está valorizando esos activos.
El desprendimiento de bloques marginales siempre estuvo en carpeta de las diversas conducciones de YPF en los últimos años. El escenario político hoy juega a favor para avanzar, aunque Marín busca consensuar la retirada del convencional con los gobernadores y los gremios en el primer semestre del año. Para ello, deberá convencerlos de que se abrirá la puerta nuevas empresas que generarán mayor actividad en las provincias. El vértigo del gobierno de Javier Milei obliga a actuar rápido.
Hoy el portfolio del upstream de YPF se divide un 50% en Vaca Muerta y un 50% en el convencional. La meta es cambiar la ecuación a un 80% en el shale neuquino y 20% en los yacimientos tradicionales.
A su vez también se pondrá en revisión las 25 compañías participadas que tiene la petrolera nacional.
El objetivo volcar el grueso de la inversión en Vaca Muerta, que necesitará para su pleno desarrollo la perforación unos 10 mil pozos y desembolsos por 140 mil millones de dólares. La mirada de Marín está puesta en convertir a YPF en la petrolera de habla hispana más grande, concentrándose en el negocio más rentable. Hoy el lifting cost del shale está entre un 60 y un 80% por debajo del convencional.
El megaproyecto del LNG
El tercer punto de su plan 4x4 estará puesto en mejorar la eficiencia de las operaciones, tanto en el upstream como en el downstream, a través de la implementación de procesos. El norte estará puesto en duplicar la productividad mediante la aplicación de estrategias de otras industrias. Buscará replicar el modelo de la automotriz japonesa Toyota en los pozos de Vaca Muerta.
Mientras que la cuarta fase del plan, de largo plazo, se concentra en el desarrollo de un proyecto de LNG a gran escala, liderado por YPF, pero en consorcio con los principales jugadores de la industria gasífera nacional.
YPF avanzará con el acuerdo que puso en marcha la conducción anterior con Petronas para desarrollar un megaproyecto licuefactor en la costa atlántica. Marín valora el trabajo realizado hasta el momento con un socio de alto calibre en el negocio mundial del LNG.
Los directivos de la compañía malaya dieron el visto bueno para trasladar a costo cero al resto de la industria los avances de los estudios preliminares realizados. A mediados de mayo habrá una reunión entre los principales players del gas del país para avanzar con el tema. Se espera comenzar a exportar GNL en 2027. La idea es que YPF y Petronas mantenga el 50% del negocio, y el 50% restante quede en manos del resto de las empresas que se suban al consorcio.
Fuente: Más Energía