La Argentina comenzó a regularizar una millonaria deuda con Bolivia con el fin de garantizar la provisión de gas en invierno. Según dijo el ministro de Economía, Luis Caputo, se pagará una deuda de u$s230 millones.
El objetivo es mantener un buen vínculo con el país vecino, debido a que se necesitará de la provisión para que no falte gas en el norte argentino durante el invierno. Sin embargo, el Gobierno también explora alternativas para que no haya problemas de suministro en 7 provincias.
Gran parte de la provisión será por primera vez desde Vaca Muerta, dado que según fuentes del sector privado, hay expectativa con que se llegue con la construcción de la Reversión del Gasoducto Norte, una de las pocas iniciadas de la obra pública puso en marcha la presidencia de Javier Milei.
¿Cómo es el acuerdo para pagar la deuda por el gas boliviano?
El secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, reveló durante la primera audiencia pública del año, que el gobierno anterior dejó sin pagar u$s230 millones por la importación de gas desde Bolivia, lo que equivale a más de un trimestre.
El Gobierno recibió un apercibimiento de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la petrolera estatal boliviana. Según el ministro de Economía y Finanzas de Bolivia, Marcelo Montenegro, dijo que llegó a un acuerdo con Caputo. "Ya hablé con el ministro, para que podamos ponernos al día", afirmó durante una entrevista radial.
Montenegro explicó que a partir de enero comenzó a regularizarse la deuda, y se finalizará en abril, a un ritmo de u$s57 millones mensuales.
¿Qué pasará con el gas que Argentina compra a Bolivia?
Después de décadas de abastecimiento, el 31 de julio finaliza el contrato de abastecimiento en firme entre Argentina y Bolivia, que abastece a 7 provincias del norte.
Podría reemplazarse con recursos de Vaca Muerta, pero para eso debería estar finalizada la Reversión del Gasoducto Norte, una obra pública que se retrasó en el medio del cambio de gobierno y de los recortes en la obra pública.
El Gasoducto Norte tiene un costo de u$s710 millones, que si bien el 76% lo financia un organismo multilateral (la CAF), el restante lo tiene que transferir el Tesoro, en un contexto donde los gastos de capital se desplomaron en un 76% en enero, según la OPC.
La expectativa empresaria es llegar con gran parte de la obra finalizada de cara al invierno. Sin embargo, así todo se necesitará abastecimiento de Bolivia.
Los contratos para los tramos 2 y 3 de la obra se firmaron hace menos de un mes, pero ya comenzó el traslado de caños desde la planta de Tenaris, en Valentín Alsina, provincia de Buenos Aires, hacia el centro de acopio de Córdoba. Ambos fueron adjudicados a la UTE Techint-Sacde.
En tanto, el lunes pasado se realizó la última parte de la documentación, con la relicitación del renglón 1, que había sido rechazada por propuestas de las constructoras muy por encima del presupuesto.
Invierno 2024: una alternativa al gas de Bolivia
De todos modos, para asegurar el abastecimiento, el Gobierno podría avanzar con una propuesta que le acercaron desde TGN, compañía privada de transporte de gas, para avanzar con mayor velocidad en la reversión de dos plantas compresoras, y así que se puedan inyectar hasta 15 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/día). Con esta alternativa, podría arribarse a una solución provisoria por este invierno.
Fuentes del sector privado indicaron que por el gasoducto circulan entre 19 y 21 MMm3/día, por lo que parte de lo que restaría cubrir habrá que negociarlo con Bolivia y Brasil.
La Reversión del Gasoducto Norte es una obra complementaria al Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, para llevar el gas de Vaca Muerta a las industrias de Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy, tanto para la generación de energía eléctrica, la conexión de nuevos hogares y el desarrollo a escala de nuevas actividades industriales, como la minería de litio.
Asimismo, anticipan que con esta obra se logrará un importante ahorro de divisas y se podrá exportar gas a países de la región.
Fuente: Ámbito