Los subsidios energéticos acumulan una caída de casi el 20% en lo que va del año. Pese al congelamiento de las tarifas en el marco de las elecciones, analistas consultados por Ámbito esperan que 2023 cierre con una baja en los subsidios, la primera en la gestión del Frente de Todos.
Hasta septiembre, los datos muestran que los subsidios energéticos aumentaron 73,2% en el acumulado interanual de los primeros 8 meses del año, pero descontada la inflación, significa una caída del 18,7%. Así se desprende del trabajo del Observatorio de tarifas y subsidios que realiza el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), que depende de la UBA y el CONICET.
La baja se explica sobre todo por la caída de las transferencias a Cammesa. Entre enero y septiembre de 2022 habían sido $835.973 millones, mientras que este año fueron $1,17 billones, lo que en términos reales significa una caída del 36,2%. Donde se registra un incremento es en las transferencias a Energía Argentina (ENARSA), que aumentaron 25,3% en el período analizado, “explicado fundamentalmente por la compra de barcos de GNL”, analiza el trabajo.
Cuando solo quedan 3 meses para que finalice el año, los especialistas realizan estimaciones de cómo podría cerrar 2023. Pese a la devaluación del 22% del dólar oficial después de las primarias, y la inflación de dos dígitos, el ministro de Economía, Sergio Massa, determinó un congelamiento de las tarifas. Si bien no hubo ningún anuncio, la Secretaría de Energía no avanzó con aumentos, pese a que los costos de generación están en su mayoría dolarizados y el FMI pedía un aumento inminente en su último staff report.
De todos modos, los analistas sostienen que pese al congelamiento, el gasto en subsidios energéticos cerrará en baja en 2023, lo que significará la primera caída durante la gestión del presidente Alberto Fernández. El 2022 fue récord debido al congelamiento tarifario y el aumento del precio internacional de la energía producto de la guerra. Mientras que en 2023 quedó finalmente establecida la segmentación. La baja en los subsidios fue uno de los gastos apuntados por el FMI par reducir el déficit fiscal.
Aun con el congelamiento tarifario, Julián Rojo, economista especializado en energía, estima que los subsidios cerrarán en baja en 2023. “El costo en dólares bajó pasado el invierno, y en pesos no aumentó tanto, según la estimación provisoria de Cammesa. Si, además, hay algún tipo de aumento de tarifas hacia fin de año como se prevé, los subsidios caerían en términos reales en 2023”, anticipó. Según pudo averiguar Ámbito, Economía ratifica que “antes de fin de año” habrá un nuevo aumento de tarifas.
En la misma línea, Juan José Carbajales, economista de la consultora Paspartú, explicó: “La reducción interanual de los subsidios energéticos se debe a una conjunción de precios y volúmenes. Un 2022, por la guerra de Ucrania, las importaciones de GNL y gasoil tocaron valores inauditos, mientras que en 2023 se redujeron, además, las necesidades de contar con esos combustibles del exterior, por dos razones: la sequía para el gasoil y el gasoducto NK para el GNL”.
Además, Carbajales agregó: “Pero el frente externo no es la única causa: también tiene gran incidencia el proceso de segmentación tarifaria, que está llevando a que los hogares de altos ingresos (Nivel 1) afronten el costo real (un pass through pleno) del gas y la electricidad mayoristas, algo que ya se había logrado para el sector industrial y de grandes usuarios. Por lo que hay una dinámica virtuosa concentrada en más producción, más infraestructura, menos importaciones, caída de precios globales y aumento de las exportaciones”.
De todos modos, Daniel Dreizzen, director de Aleph Energy, estimó que si bien puede registrarse una baja en el acumulado del año, no será tan significativa: “Con la devaluación que hubo, la segmentación tarifaria no alcanzó a la devaluación. En los porcentajes de cuánto se paga, hay dos tercios de la población que siguen pagando entre 15 y 20%. Y el nivel 1, que debería pagar todo, está en 75%. Y las importaciones de GNL no fueron tan distintas”.
Es que si bien podrá registrarse una baja en los subsidios, las tarifas llegan al final del gobierno con retraso. Según el IIEP, en el AMBA, la factura eléctrica y de gas se redujeron en términos reales desde el 2019. El peso máximo de los servicios públicos energéticos sobre el salario se observa en junio de 2019, con una carga del 5,6% sobre el salario promedio registrado. Hoy ese valor está en 4,5% para los usuarios de altos ingresos, en 1,7% para ingresos medios y 1,5% para los consumidores más vulnerables. Por ese motivo, es en los subsidios donde las dos coaliciones opositoras ponen el foco para avanzar en recortes de gastos del Estado.
Fuente: Ámbito