05/04/23

España está importando cantidades récord de gas natural licuado procedente de Rusia

A pesar de las sanciones europeas contra Rusia, la Unión Europea (UE) sigue importando cantidades récord de hidrocarburos rusos. Y España lidera la lista en lo que va de 2023, al menos en lo que se refiere al gas natural licuado (GNL).



En lo que va del año, entre los principales importadores de GNL desde el gigante euroasiático se encuentra España en primer lugar, luego Bélgica y Francia, de acuerdo a datos de Bloomberg sobre el seguimiento de buques cisterna.

En particular, el país de la península ibérica ha elevado en un 84% las compras de este combustible desde el inicio de la operación militar especial de Rusia anunciada el pasado 24 de febrero. Asimismo, los flujos del gas licuado en los dos primeros meses de 2023 aumentaron en un 172% con respecto al mismo periodo del año anterior, conforme a los boletines mensuales de Enagás.

El aumento considerable de GNL ruso a Europa generó polémica al interior de la comunidad. Tanto así, que el Ministerio de Transición Ecológica español, dirigido por Teresa Ribera, envió una carta a las empresas importadoras del recurso pidiendo limitar las compras desde Rusia, tal como lo había hecho anteriormente Kadri Simson, la comisaria de Energía de la Unión Europea.

Antes de la operación especial, Moscú suministraba cerca de un 40% de todo el gas consumido en la UE mediante una extensa red de tuberías, pero en la actualidad la cifra representa un 10% de las importaciones gasísticas europeas y es esto lo explicaría el alza que ha tenido la compra del GNL en la región.

Las importaciones de este combustible se disparó a los 19.250 millones de metros cúbicos en 2022, frente a los 14 millones de metros cúbicos adquiridos en 2021, un aumento del 35%, de acuerdo con el recuento del Think tank Bruegel.

Uno de los factores que impulsó la adquisición de este hidrocarburo vía buques fue que el año pasado el precio del gas estaba a costo muy elevado, unos 300 euros el megavatio hora (MWh). No obstante, la situación ha mejorado en la actualidad con precios estables de en torno los 40 euros el MWh.

El elevado valor de las tarifas y el corte de algunas fuentes de suministro provoco una desesperación en las naciones europeas para lograr la mayor cantidad de depósitos de combustibles de cara al invierno. Es por ello, que los estanques llegaron a completarse en un 60% tras haber acabado la temporada de invierno, lo que supone un máximo histórico y representa la cifra de 38 puntos más que en la misma fecha de 2022.

Los europeos en búsqueda de consensos

En la UE, no existe una instancia que pueda detener realmente el tráfico de hidrocarburos de un país en específico hacia el continente. Esto se debe a que los importadores son empresas privadas y las transacciones son totalmente legales, a diferencia del petróleo crudo y sus productos derivados, no existen vetos ni sanciones contra el GNL procedente de Rusia.

En la comunidad hay contradicciones, ya que mientras algunos miembros buscan vías alternativas para frenar la llegada del licuado euroasiático. Hay otros varios, como Hungría, que se oponen a cualquier tipo de embargo al gas ruso.

En ese contexto, los ministros de Energía de los 27 países que conforman UE, acordaron el 28 de marzo en el Consejo de la Unión Europea buscar opciones legales que faculten a sus Estados vetar temporalmente la capacidad de los exportadores rusos y bielorrusos para entregar el gas licuado. Esto, siempre y cuando no afecte a la seguridad europea. Cabe mencionar que la proposición forma parte de la negociación del Consejo sobre las nuevas reglas regionales para el mercado de gas. Sin embargo, esta medida, entre muchas otras que conforman el plan, deben negociarse con el Parlamento Europeo en un largo proceso que puede llevar meses.

¿Seguirá en auge la compra de GNL ruso?

En España, el único acuerdo en vigor sobre el suministro de gas ruso es el que se alcanzó en 2013 por la energética Naturgy con el consorcio ruso Yamal LNG y que tiene fecha de caducidad en 2042.

Pero existe otra modalidad de negocio muy dinámica, que son las compañías de compraventa, muchas con base en España, las cuales han elevado sus adquisiciones en el mercado pagando al contado para beneficiarse de esta manera de los precios atractivos con la idea de almacenar el gas para futuros. Esta modalidad de comercio ha incentivado a nivel continental nuevos proyectos de importación del GNL y, según varios pronósticos, se podría generar una capacidad de regasificación que supere al de la demanda.

Conforme a lo anterior, la capacidad de compra de gas licuado por parte de Europa está destinada a rebasar en 2030 los 400 millones de metros cúbicos, un aumento de 130 millones de metros cúbicos en comparación con 2022, cerca de un 33% más. Por otro lado, los pedidos estimados para ese año de acuerdo a S&P Global Commodity Insights es de apenas 190 millones de metros cúbicos.

Europa, que anteriormente se mostraba reacia a celebrar acuerdos de GNL a largo plazo por motivos climáticos y de limitación de emisiones, está desplegando unidades flotantes de regasificación y almacenamiento de gas para recibir GNL suministrado en lugar de gas ruso.

Por ejemplo, el Gobierno alemán promueve activamente la construcción de terminales receptoras de importaciones de GNL. Consisten principalmente en buques e infraestructuras en tierra y pueden ponerse en funcionamiento más rápido que las terminales fijas. Está previsto que en 2026 estén en funcionamiento un total de 11 terminales de GNL.

No obstante, el costo de las terminales flotantes de GNL pendientes de construcción en Alemania se triplicó con creces hasta alcanzar los 10.000 millones de euros en diciembre de 2022. Además, el proyecto de GNL de Berlín causa mucho resentimiento y sobre todo entre los ecologistas, que en las recientes protestas del pueblo alemán de Lutzerath demostraron que están dispuestos a defender sus ideas frente a los policías con garrotes.

La mayor parte del GNL ruso procede de la empresa conjunta Yamal LNG, que es propiedad mayoritaria de la compañía rusa Novatek, con otras participaciones de la francesa Total, la china CNPC y un fondo estatal chino. Algo menos del 10% de las acciones de Novatek son propiedad de la empresa estatal rusa Gazprom. Además, tiene contratos a largo plazo con la española Naturgy y la francesa TotalEnergies.

Mientras tanto, parte del GNL puede ser revendido a la UE por los clientes asiáticos de Yamal LNG. La ruta de larga distancia, a través de la ciudad belga de Zeebrugge, se utiliza para el suministro de gas cuando faltan rutas marítimas en la Ruta Marítima Septentrional.

Fuente: Sputnik