Durante la gestión del exsecretario de Energía, Javier Iguacel se elaboró una modelización del funcionamiento del sistema de transporte de gas basado en hipótesis con temperaturas medias, en donde los escenarios previstos en 2016 tenían dos hipótesis muy fuertes:
1.- Que Bolivia iba a mantener su provisión de gas comprometida contractualmente de un mínimo de 15 millones de metros cúbicos diarios (MMC3)
2.- Que el excedente de gas de Vaca Muerta sería exportado por medio del gasoducto TGM a la zona sur de Brasil.
En los primeros días de 2023, la realidad --ya advertida antes de la pandemia-- indica que Bolivia no va a cumplir con sus compromisos. Actualmente solo está enviando unos 5 millones MMC3 diarios y con una fuerte sospecha acerca de las reservas que no son auditadas, ni verificadas por un organismo certificador internacional.
Por el lado de Brasil, se observa que ha solucionado su abastecimiento de gas mediante terminales de GNL y, según el mapa que presenta su demanda interna necesitaría construir muchos kilómetros de gasoductos desde Uruguaiana para poder recibir el gas local. Esto haría que se torne inviable el proyecto de importación por cañerías versus el abastecimiento por barcos de GNL.
Ante esto, la oportunidad de Vaca Muerta sigue siendo un nuevo oleoducto y gasoducto de gas destinado a la exportación de GNL o GNC hacia Brasil.
Respecto a las necesidades internas y habida cuenta de los volúmenes inciertos de Bolivia, lo más conveniente sería reevaluar las obras de reversión del Gasoducto Norte --que fueron anunciadas en los últimos días y consisten, básicamente, en la adecuación de plantas compresoras y el tendido de nuevas líneas de 24 y 30 pulgadas hasta Tío Pujio (Córdoba)-- ya que podrían resultar insuficientes.
Una alternativa más conveniente sería un loop sobre los existentes de 36 pulgadas entre Beazley y La Mora (San Luis) y gasoducto nuevo entre Beazley-Chamical ( La Rioja ) y Lamadrid (Tucumán).
Toda ecuación económica de gasoducto para su justificación necesita de una demanda base estable. En San Miguel de Tucumán, existe una generación térmica eficiente que hoy funciona con gasoil la mayor parte del tiempo.
A esa central demandante de gas de Vaca Muerta se sumaría Termo Andes que podría exportar gas en forma de energía hacia Chile sumando entre ambas una necesidad de suministro de 5 MMC3 diarios.
Si no existieran las actuales restricciones de transporte de gas, la generación del NOA-- atendida por la central térmica de Tucumán-- podría ser abastecida íntegramente con la producción de Vaca Muerta.
Se concluye que deben realizarse las ampliaciones de gasoductos favoreciendo el consumo interno e interconectar GNEA desde el Norte.
Las exportaciones de gas que están proyectadas deberían solventar estas expansiones para la masificación del gas y la provisión de este combustible a una demanda potencial que aparece oculta sobre la cordillera. Es la destinada a la explotación de minerales y especialmente la vinculada con el litio que para procesamiento in situ requeriría un suministro estimado de 4,5 MMC3 diarios.