30/12/22

La otra pelea por fondos entre Nación y CABA: el subsidio de 32 líneas de colectivo

Las carteras de Transporte nacional y porteña mantienen una negociación clave sobre las partidas destinas al transporte automotor. Los 25,5 millones que Ciudad no pagó y que negocia Giuliano.



La puja entre Nación y la ciudad de Buenos Aires por la coparticipación reavivó la discusión por el traspaso de las 32 líneas de colectivos que circulan dentro del territorio porteño y que mantienen el subsidio nacional. El Ministerio de Transporte avanza fuerte en el traspaso y en la mesa de negociación se plantó al pedir que cubran el total de los subsidios como ocurre con el resto de las provincias. De acuerdo a cifras oficiales de Nación, este año la administración de Horacio Rodríguez Larreta tendría que haber abonado 26,6 millones de pesos y solo aportó 15,5 millones.

En los últimos días, Nación y Ciudad entraron en una etapa clave de la negociación que involucra cuántos fondos serán necesarios para mantener operativo el sistema de transporte urbano en el territorio porteño. El ministro de Transporte nacional, Diego Giuliano, le hizo saber a su par porteña, Manuela López Menéndez, que la Ciudad deberá pasar a costear la totalidad del subsidio. Esto implica elevar casi al doble el porcentaje aportado por la administración de Rodríguez Larreta este año. En la Ciudad, mientras tanto, destacaron que se mantiene un diálogo fluido y que “no hay plazos” para una resolución.

Según supo El Destape, el monto neto que este año fue necesario para que funcionen las 32 líneas que exclusivamente circulan por CABA y que tendría que haber desembolsado la Ciudad es de 26,6 millones de pesos. Equivale al 91% del subsidio total y es el mismo porcentaje que invierten las 23 provincias. El 9% restante es aportado por el Estado nacional en concepto de fondo compensador, atributo social y red SUBE.

La tensión por estos subsidios había escalado a su punto más alto en enero y febrero de este año, cuando Nación alertó que la administración de Larreta no había hecho los desembolsos correspondientes. Posteriormente y tras reuniones que incluyeron a Giuliano, por entonces secretario de Transporte, con los funcionarios porteños López Menéndez y Jorge Macri, comenzaron los pagos de CABA hasta alcanzar los 15,5 millones de pesos, lo que representa el 52,83% del total al cierre de este año (29,3 millones de pesos). Con ese monto, duplicaron lo aportado en 2021. Nación busca elevar ese porcentaje al 91% en base a un monto total por el que hoy por hoy pulsea con la administración de Larreta.

Sin embargo, en Uspallata aseguraron que CABA aportó este año un 47%. En diálogo con El Destape, señalaron que por el momento “no hay avances” para definir la situación aunque el diálogo es constante. “Respecto a 2023 se está conversando con Nación para cerrarlo cuanto antes”, aseguraron aunque aclararon que “no hay plazos” para cerrar el acuerdo.

Los montos del año que viene aún no están cerrados y suelen ajustarse trimestralmente de acuerdo al ritmo de la inflación y las paritarias que elevan los costos para mantener el servicio. El boleto mínimo en CABA es de 25,20 pesos, mientras que sin subsidios, la tarifa plena rondaría los 130 pesos.

El conflicto es hijo del consenso fiscal 2018, cuando el gobierno de Macri instó a las provincias y a CABA, en el marco de la reducción de subsidios, “a definir las compensaciones tarifarias al transporte público de pasajeros por automotor” dentro de sus jurisdicciones. CABA no firmó ese ítem y esas 32 líneas de las 107 que circulan por el territorio porteño quedaron sujetas al subsidio nacional y están por fuera del fondo compensador. El argumento de Nación para que las líneas pasen a la órbita de Ciudad gira en torno a la ley 26.740, la cual en su artículo 2 transfiere los servicios de transporte Subterráneo y Premetro, entre ellos los colectivos.

"Estamos en un proceso de negociación con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para que se haga cargo de su propio transporte, como se ha hecho cargo cada una de las 23 provincias de la Argentina", adelantó Giuliano esta semana tras una reunión con gobernadores en Casa Rosada. "Esto quiere decir que las 32 líneas de transporte que tienen origen y destino dentro del territorio exclusivo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, como dice la ley, sean administradas, gestionadas y sostenidas por la Ciudad", explicó.

Cuáles son las 32 líneas de colectivos que solo circulan en CABA

Las 32 líneas en disputa que Nación busca que CABA pase a administrar, gestionar y financiar son: 4, 5, 6, 7, 12, 23, 25, 26, 34, 39, 42, 44, 47, 50, 61, 62, 64, 65, 68, 76, 84, 90, 99, 102, 106, 107, 108, 109, 115, 118, 132, 151.

Para el año próximo, dentro del Presupuesto 2019, el Congreso aprobó un fondo compensador al transporte que distribuirá $85 mil millones al interior para mantener operativo el servicio. El cobro será bajo condición de la adhesión obligatoria a la red SUBE por parte de las ciudades que lo requieran. Independientemente de esos fondos, Nación sostiene el atributo social destinado a subsidiar parte del pasaje a jubilados, pensionados, beneficiarios de la AUH y Asignación por Embarazo, entre otros grupos vulnerables. También continúa el beneficio de la Red SUBE, con descuentos para el segundo y tercer tramo dentro de las dos horas de iniciado el primer trayecto.

En los pasillos de Casa Rosada se destacaba por estos días la contradicción entre la negativa de Ciudad a pasar a administrar los colectivos propios y la postura que mantiene ante la Corte Suprema en contra de la reducción de 1,18% (quedó en 2,32%) de los recursos coparticipables que percibía, los cuales habían sido elevados a 3,5% por Macri. Ahora, la Corte los elevó a 2,95%. “Son federales con la corte y contrafácticamente se enganchan al subsidio nacional”, deslizaron.

La pelea por la administración de esas 32 líneas continuará y se elevará el tono de la discusión al ritmo del verano electoral y mientras dure la tensión por la coparticipación. De un lado, el Frente de Todos que, empujado por la Corte, eligió a Horacio Rodríguez Larreta como el opositor preferido. Del otro lado, un jefe de Gobierno que pretende ser candidato a presidente y que ganó protagonismo mediático frente a sus opositores internos. En el medio, la puja por la plata.

Fuente: El Destape