15/07/22

La falta de gasoil y la refinería fallida

Por Luciano Ávila


Luego de la época de estabilidad de los 90 del siglo XX, el derrumbe preanunciado de la convertibilidad, el congelamiento de los precios de combustibles dio como resultado un diferencial de precios respecto de estos en los países limítrofes, situación que se profundizo con la suba al mismo tiempo del barril de petróleo y sus derivados.

Los faltantes de gasoil en ésa época, obligó a tomar decisiones para afrontar el problema, que las actuales autoridades parecen ignorar, a pesar que son parte del mismo partido político

El incremento sostenido del gasoil importado debido principalmente a que el límite de la capacidad de refinación había llegado a su máximo en función del blending de crudos disponibles, donde el liviano crudo de Medanito estaba en franca declinación.

Como se puede ver el país es un importador neto de gas oíl dado que no existía/te de refinería con capacidad para producir el faltante de unos 800.000 m3. En el 2006 ante la escalada de precios del WTI y su impacto en el precio del gasoil internacional se dictó la ley 26074 para importarlo y revenderlo sin impuestos ITC y tasa.

Durante el periodo 2004 al 2013 importar gasoil con impuestos se incurría en una pérdida monetaria en la reventa al vender el combustible al mismo precio del surtidor. Para menguar ese efecto se permitió importar el mismo y revenderlo sin impuestos, en especial para cumplir con el cronograma de calidad de combustible (Grado 3) y entre el 2004 al 2008 el valor internacional prácticamente igualaba la reventa sin pérdida o ganancia extraordinaria por efecto impositivo. Durante el gobierno macrista la situación se revirtió hasta que en la situación actual, incluso antes de la guerra Ucrania-Rusia, se volvió a al misma situación del 2009 al 2015 donde hay que subsidiar el gasoil internacional para mantener estable el precio interno que no influya en la espiral inflacionaria.

Los funcionarios actuales podrían haber tomado las mismas medidas que se tomaron a saber:

1.- La resolución 959/2006 para cobrar a precio internacional el gasoil en las estaciones de frontera a los camiones con chapa extranjera fijando en 40 km el límite de las estaciones ubicadas en esta franja para la carga de los camiones extranjeros, de esa manera se evitó faltantes de gasoil a nivel interno.

2.- Nueva reglamentación de calidad de combustibles obligaba a agregar unidades de reforming e hidrocracking ampliando la capacidad de refinación donde YPF realizó mejoras en Lujan de Cuyo y en La Plata,

3.- La sanción de la ley 26.074 para permitir la importación sin impuestos a aplicar al Gas Oíl en la venta en surtidores con volúmenes detenidos todos los años en la ley de presupuesto.

4.- En atención al excedente de crudo en especial del Escalante se impulsó el establecimiento de una nueva refinería impulsada desde Comercio Interior bajo la órbita del Economista Guillermo Moreno para no tener que depender del extranjero. Esta última medida era la más favorable, dado que si fáltese crudo se podría importar el mismo en atención a que los refinados son indispensables como insumos para la Petroquímica argentina impulsando aún más su desarrollo. Lamentablemente no prosperó confiándose en que YPF estatizada y ENARSA solucionarían el problema de la escasez considerada coyuntural y por la prima sobre el costo de capital.





Una breve reseña de la Refinería Mosconi II efectuada por Mariano Hileman quien colaboró con la Secretaría de Energía puso de relieve los siguientes aspectos:

--El crudo para procesar iba a ser del 100% crudo pesado, mayoritariamente Escalante (70%) y algo de Cañadón Seco (30%), de la cuenca del Golfo San Jorge.

--Se consideraba abastecer una demanda de gasoil entre 3,5 y 4,0 millones de m3 por año, siendo este el producto prioritario de la refinería.

--Las unidades de conversión iban a ser aptas para el proceso de dichos crudos, y por sobre todo aptos para los residuos pesados generados en los procesos de destilación atmosférica y de vacío.

Por el lado de las fracciones livianas de la destilación, se preveía contar con el tren típico de hidrotramiento, reformación e isomerización de naftas. De esta manera se podría cumplir con las especificaciones de octano locales y la calidad requerida de los mercados internacionales para exportar los excedentes. Por lo tanto, la refinería estaba pensada para todas las opciones posibles.

La demanda de la planta de generación de hidrógeno tiene un costo específico de capital alto, sin embargo, la disponibilidad de generación eólica para electrólisis daba un paso alentador hacia minimizar el capital involucrado. Finalmente, en cuanto al tratamiento de los destilados medios, se contaba con una unidad de hidrotratamiento de kerosene a fin de producir Jet (aerokerosene).

En el esquema siguiente de desarrolla la configuración básica de la refinería junto con las interacciones de los distintos procesos que la componen.


Estimación de la Inversión:

Respecto de la distribución regional de combustibles se contemplaba que la refinería tuviera un fácil acceso a una zona portuaria con el calado adecuado (tal que pueda manejar por lo menos buques de 30 a 40 kTm). El elemento clave de esta ubicación es que no habría prácticamente costos de transporte de crudo, que es volumen más importante para transportar.



En el grafico precedente se planteó el problema exclusivamente teniendo en cuenta la distribución de naftas y gasoil siendo estos los volúmenes más significativos de la producción.

En off de récord, el faltante de gasoil ya era analizado a principio de año, en especial por el Ministerio de Agricultura a cargo Julián Domínguez. Los análisis efectuados aconsejaban aumentar el corte al 20 %, con ello, se podía trasladar de la producción local de gasoil unos 2.000.000 de m3 para generación eléctrica y/o campo al año sin necesidad de requerir sacar dólares del país al extranjero, dado que sería toda una operación local a un precio reconocido para los refinadores de Biodiesel por la Secretaría de Energía. Nada de eso se avanzó, al contrario la falta de previsión y análisis implicó bajar el corte al 5 % para no tener que aumentar los combustibles unos centavos por presión de las petroleras (YPF) y para no alimentar expectativas inflacionarias y críticas de los medios adversos.

Como se puede apreciar, vamos del mejor equipo de los últimos 50 años con los peores resultados de los últimos 50, a los funcionarios que no funcionan, para caer finalmente en el estadío actual de funcionarios que no piensan.