13/02/22

Al igual que el año pasado, Bernal mantiene sin cambios el precio del gas para hogares y obliga a Guzmán a incrementar subsidios

Bernal busca neutralizar un conflicto con distribuidoras y transportistas, que están bajo su órbita, al darles la recomposición mínima que requiere para evitar la ruptura de la cadena de pagos. Al mismo tiempo, aplica el techo del 20% en la tarifa final de los hogares y mantiene congelado el precio del gas que abonan los usuarios, lo que redundará en un nuevo aumento de los subsidios.



El interventor de Enargas, Federico Bernal, negoció con distribuidoras y transportistas una recomposición promedio de sus ingresos de 42% y 55% respectivamente. Al mismo tiempo, decidió mantener sin cambios el precio en gas de boca de pozo que pagan los usuarios, desconociendo la recomendación que realizó la secretaría de Energía en la última audiencia pública. En la discusión interna volvió a quedar relegada la posición del secretario de Energía, Darío Martínez.

De este modo, Bernal busca neutralizar un conflicto con distribuidoras y transportistas, que están bajo su órbita, al darles la recomposición mínima que requiere para evitar la ruptura de la cadena de pagos. Al mismo tiempo, aplica el techo del 20% en la tarifa final de los hogares y mantiene congelado el precio del gas que abonan los usuarios, lo que redundará en un nuevo aumento de los subsidios. Lo que resta ver es si el ministro de Economía, Martín Guzmán, convalida esta negociación o el acuerdo con el FMI obliga a revisar los números.

La negociación de Bernal

El aumento promedio que autorizó Bernal para las distribuidoras del Área Metropolitana de Buenos Aires va a ser del 42% de sus ingresos, esto incluye a Metrogas, Naturgy y Distribuidora Gas del Centro. El aumento para los usuarios difiere: para los hogares y GNC el aumento en el Valor Agregado de Distribución es del 35% y de los grandes usuarios llega al 70%. En el caso de los hogares, cuando ese aumento se traslada a la factura no pasa del 20%. A su vez, para las transportistas la recomposición del VAD promedio llega al 55%, pero su impacto en la tarifa es menor porque solo el 11% del precio que paga el usuario final corresponde al costo de transporte, mientras que la distribución incide en un 25% y el precio del gas se ubica apenas por encima del 40%.

Con esta negociación, Bernal garantiza que distribuidoras y transportistas no rompan la cadena de pagos, ya que no deberían tener problemas para pagar un gas que permanecerá congelado, y evita así problemas en el área que le compete de manera directa.

Al no aceptar ninguna recomposición del gas en boca de pozo que debe pagar el usuario, lo que hace Bernal es trasladar la bomba aguas arriba y, básicamente, obliga a Guzmán a incrementar los subsidios para evitar que la situación explote.

Falta de coordinación

La secretaría de Energía tiene plena autonomía para aumentar el precio del gas que pagan los hogares sin necesidad de contar con el aval explícito del Enargas para hacerlo. Con solo publicar una resolución en la que dictamina un aumento del precio del gas en boca de pozo, las distribuidoras están obligadas a pagarles a los productores (YPF, PAE, Tecpetrol, entre otros) el valor definido por la secretaría.

El problema es que si el Enargas no incorpora ese precio de gas a los cuadros tarifarios de las distribuidoras estas últimas no están obligadas a cobrarle ese precio a los hogares y al resto de los usuarios. “Si Energía saca la resolución, lo va a llamar el ministro a Bernal y no lo va a obedecer. Si lo llama el presidente tampoco. Lo tendría que llamar la vicepresidenta para que acate la orden, pero nadie puede garantizar ese llamado”, explicó una fuente oficial. Frente a esa evidencia de la falta de coordinación lo más probable es que, al igual que el año pasado, Economía decida dejar congelado el precio del gas y convalidar una suba de los subsidios.

La advertencia de la secretaría

El informe de la Secretaría de Energía, presentado por la subsecretaria de Hidrocarburos, Maggie Videla, en la audiencia pública del 31 de enero detalla que el costo total del gas necesario para abastecer a la demanda durante este año está estimado en 305.179 millones de pesos. Si el Estado siguiera financiando el 70,9 por ciento de ese costo, debería desembolsar 216.365 millones de pesos y los 88.814 millones de pesos restantes los deberían aportar los usuarios del sistema.

El problema es que en el Presupuesto 2022, rechazado por el Congreso, el Plan Gas Ar contaba con fondos equivalentes a 69.248 millones de pesos e IEASA (Ex Enarsa) con otros 66.059 millones de pesos destinados a la demanda prioritaria. Eso arroja un total de 135.300 millones. Por lo tanto, el informe remarca que haría falta una partida adicional de 81.059 millones para cubrir subsidios.

A su vez, se aclaró que si el Estado Nacional cubriera solo el 44,4 por ciento de los subsidios no se requerirían partidas adicionales. Sin embargo, en ese caso la porción del gas en boca de pozo que paga el usuario treparía de 6,16 a 11,77 pesos por metro cúbico, lo que implicaría un aumento de ese componente del 91 por ciento. Esa decisión es incompatible con la voluntad de aumentar la tarifa final del usuario residencial solo un 20 por ciento. Por eso Bernal mantiene congelado el precio del gas en boca de pozo que paga el usuario.

Fuente: Econojournal