Extiende el plazo para que hogares de bajos recursos se reinscriban y no los pierdan. Suba del 4% en servicios para compensar a distribuidoras y transportistas.
Por Antonio Rossi
A fin de contener variables que puedan incidir en el índice de inflación y evitar protestas de usuarios residenciales que iban a pagar hasta un 257% más en los servicios de luz y gas; el ministro Toto Caputo dispuso medidas tanto para que los hogares más vulnerables no pierdan los subsidios como para mejorar las cajas de las empresas energéticas.
El ministro de Economía resolvió postergar hasta los primeros días de setiembre el plazo para que usuarios residenciales de bajos recursos se vuelvan a empadronar para conservar los subsidios vigentes y no tener que abonar las tarifas plenas.
Caputo también tomó la decisión de habilitar un incremento acotado del 4% en las facturas finales destinado a actualizar los ingresos específicos de las distribuidoras y transportadoras eléctricas y gasíferas.
Reinscripción para no perder subsidios
Inicialmente 1,5 millones de usuarios hogareños del servicio eléctrico y 700 mil del sector gasífero tenían plazo hasta el 5 de agosto para reconfirmar su condición de N2 en el Registro de Acceso a los Subsidios Energéticos (RASE) y no perder los descuentos en las boletas que tienen dentro del actual esquema de segmentación tarifaria.
La Secretaría de Energía, a cargo de Eduardo Rodríguez Chirillo, había establecido que hogares de bajos recursos que no cumplan con ese trámite de reempadronamiento iban a quedar incorporados automáticamente en el nivel N1 de altos ingresos y pasarían a pagar entre 176% y 257% más por la energía eléctrica y el gas natural que consumen mensualmente.
Antes de que venza el nuevo plazo, deberán reinscribirse en el RASE los usuarios residenciales de bajos recursos que, en agosto de 2022, cuando empezó a regir el esquema de segmentación tarifaria, quedaron incluidos de manera directa en el nivel N2.
Se trata de hogares que percibieron algún plan o ayuda social en casi todas las provincias y que las autoridades nacionales de ese momento resolvieron encasillar en el segmento residencial que debía recibir los mayores niveles de subsidios.
Cambio en el gobierno antisubsidios
De acuerdo con los números que manejan los técnicos del área energética, en el caso del servicio eléctrico son 1,5 millones de hogares los que deben cumplir con ese trámite. Representan el 19% del universo N2 y el 9,4% del total de usuarios residenciales a nivel nacional.
En tanto, por el lado del sector gasífero, tendrían que anotarse en el RASE unos 700 mil hogares que equivalen al 20% del segmento N2 y al 7,4% del total de la clientela residencial de ese servicio en el país.
La decisión oficial que ordenó la reinscripción de los N2 fue adoptada a fines de mayo tras la entrada en vigencia del decreto 465/24 que estableció un nuevo Período de Transición hacia Subsidios Energéticos Focalizados hasta el 30 de noviembre de 2024.
Bajo este paraguas legal, la gestión libertaria ordenó implementar un “reempadronamiento de los usuarios residenciales en el RASE con el fin de realizar los cruces de información con otras bases de datos nacionales o provinciales, actualizar el padrón de beneficiarios y minimizar los errores de inclusión y exclusión".
El dato que movilizó a Toto Caputo
La campaña informativa sobre este tema no arrojó los resultados esperados. Según datos extraoficiales que circulan en el sector, hasta ahora menos del 20% del total de hogares que tenían que reinscribirse han completado ese paso.
El mayor nivel de incumplimiento se habría registrado en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde existe un universo de alrededor de 600 mil hogares N2 del servicio eléctrico y 280 mil del sector gasífero que deberían realizar el trámite para no perder los subsidios.
Fuentes del sector consultadas por Letra P indicaron que ese dato del AMBA fue clave para que Caputo extendiera el plazo del reempadronamiento. También para no afrontar un nuevo conflicto con la administración provincial de Axel Kicillof, tras la disputa por el megaproyecto de exportación de GNL que YPF decidió llevar adelante en Río Negro, relegando la alternativa inicial bonaerense de Bahía Blanca.
Los aumentos que se vienen
En cuanto a los aumentos que regirán desde agosto, el ministro de Economía decidió darle curso a una suba limitada que tendría un impacto final del 4% en las boletas de luz y gas.
Ese ajuste corresponde solo a los componentes del transporte y distribución de cada servicio y no recaerá, en principio, en los precios de la generación eléctrica y del gas que forman parte de las facturas junto con las cargas impositivas.
El aumento final del 4% representará una mejora del 10% al 12% en las cajas de las transportadoras TGN, TGS, Transener, Transba y Transnoa y de las distribuidoras Edenor, Edesur, Metrogas, Naturgy y Camuzzi, entre otras.
Con ese incremento acotado en los servicios energéticos esenciales, Caputo apunta a lograr dos objetivos:
Descongelar parcialmente las recomposiciones mensuales para las eléctricas y gasíferas que tenía pisadas desde mayo. Se trata de actualizaciones automáticas basadas en la variación de los precios y los costos salariales que Rodríguez Chirillo les concedió a las empresas a principios de año, pero que nunca aplicadas.
Mantener a raya la inflación hasta alcanzar la meta fijada de un registro inferior al 2% mensual, preferentemente antes de fin de año.
Nota editada en Letra P