24/04/24

Colectivos en la era Javier Milei: un 20% de los choferes del AMBA está al borde del despido

Son unos 10 mil. Las cámaras del sector le advierten al Gobierno que sin aumentos en boletos y subsidios, el ajuste laboral es inminente. Disputa salarial.

Por Antonio Rossi



Roberto Fernández, de la UTA, evalúa un nuevo paro en la era Javier Milei. Mundo gremial

En momentos en que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) evalúa un nuevo paro por la falta de pago de una mejora salarial, las compañías de colectivos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) le advirtieron al gobierno de Javier Milei que está llevando al sector a tener que despedir al 20% de los choferes de las líneas locales y suburbanas.

Las cámaras empresariales alertan que si el ministro de Economía, Luis Toto Caputo, y el secretario de Transporte, Franco Mogetta, no actualizan el valor de los boletos y los subsidios con los costos operativos reales, a partir de mayo tendrán que aplicar un ajuste laboral que afectaría a unos 10 mil conductores y personal administrativo de un plantel de casi 50 mil personas que trabajan en las líneas metropolitanas.

A ese recorte de personal, explican, se llegaría después de una reducción de la flota operativa de 18.500 a 15.000 unidades, lo cual implicaría menos vehículos en servicio, tiempos de espera prolongados y viajes más incómodos en las horas pico.

Disputa salarial con la UTA

Las empresas insisten en advertir que de mantenerse sin cambios los valores actuales de los pasajes y las compensaciones tarifarias que rigen desde febrero, en lo inmediato no podrán ofrecer ninguna respuesta satisfactoria al incremento salarial que reclama la UTA.

Mientras que este jueves expira el plazo que fijó el gremio conducido por Roberto Fernández para que las compañías de colectivos y la administración mileísta definan cómo van a abonar el aumento que debía aplicarse con los sueldos de marzo; este miércoles hay una reunión clave en la cartera laboral para buscar una salida al conflicto.

Si los sindicalistas se van de la reunión con las manos vacías, lo más probable es que dispongan un nuevo paro de actividades, encubierto bajo lo que la gremial define como “retención de tareas”. La medida de fuerza dejaría sin servicios a las más de 7 millones de personas que se movilizan a diario a través de las líneas metropolitanas de colectivos.

El eje del conflicto

Tal como viene contando Letra P, la disputa es por la inclusión de $250.000 que llevaría el salario básico a $987.000; monto que según la UTA ya había quedado establecido en el último acuerdo paritario de febrero. Las empresas argumentan que lo que se acordó para febrero fue el pago de un básico de $737.000 junto con una suma fija no remunerativa y por única vez.

Según la interpretación del acta que hicieron las compañías propietarias de colectivos, lo que estaba previsto para marzo era una nueva instancia de negociación para definir si esa suma fija se incluía en los salarios, pero condicionada a que la administración mileísta lo reconociera como un mayor costo operativo a cubrir con aumento de tarifas o subsidios.

La Secretaría de Transporte también contribuyó al conflicto. Lo hizo al no reconocer la inserción de los $250.000 que el gremio reclama agregar a los salarios en la estructura de costos y subsidios del sector aprobada para marzo y abril mediante la resolución 15/24.

La solución en manos de Toto Caputo

Fuentes del sector consultadas por Letra P consideran que la solución está en manos del ministro Caputo, quien debería extender a las líneas del AMBA la pauta de aumento del 53% promedio que aprobó para las tarifas de los trenes metropolitanos a partir de mayo. En ese caso, el valor del boleto mínimo de colectivo se incrementaría de $270 a $413 y la tarifa de la segunda sección pasaría de $300 a $ 460.

Para las cámaras de empresas de colectivos y consultoras económicas, los problemas del sector podrían agravarse por las complicaciones que enfrenta Caputo en dos cuestiones clave. Para mantener la poda de gastos, el ministro tiene que seguir achicando los subsidios a contramano de las mayores compensaciones que reclaman el empresariado. A su vez, por el lado tarifario no puede conceder aumentos muy significativos por el marcado impacto que tienen en el índice inflacionario que Milei quiere bajar, a toda costa, a un dígito mensual.

Nota Editada en LetraP