Por Antonio Rossi
El Gobierno tiene en las gateras una nueva tanda de aumentos en las facturas de gas del 39% promedio para los hogares y de hasta el 90% para los clientes comerciales e industriales que empezará a correr desde el primer minuto de marzo.
Los nuevos cuadros tarifarios—que el Enargas se apresta a oficializar esta semana, una vez que reciba el visto bueno del ministerio de Economía y la Procuración del Tesoro— comprenden la suba en el precio del gas que se había anunciado a principios de año y las actualizaciones de los ingresos específicos de las distribuidoras y transportadoras de gas que se trataron en la audiencia pública realizada en la primera semana de enero.
Suba del gas: qué usuarios tendrán aumentos del 200%
Según los cálculos oficiales, el aumento previsto a partir del 1 de marzo para los usuarios residenciales tendrá un impacto en factura final del 39% promedio.
Con este ajuste, todos los hogares de altos ingresos encuadrados en el denominado Nivel 1 que perdieron los subsidios y aquellos de ingresos medios del Nivel 3 que excedan los topes de consumo bonificados, pasarán a afrontar en los meses de invierno un aumento cercano al 200% con respecto a lo que pagaron en el período invernal de 2022.
En el caso de los comercios e industrias, los incrementos que vienen oscilarán entre el 50% y 90% y comparando lo que van a pagar en el invierno con respecto al año pasado, las subas interanuales se ubicarán entre el 250% y 280%.
Mejora de ingreso para las distribuidoras de gas
A diferencia del servicio eléctrico donde el ajuste anunciado para el VAD (Valor Agregado de Distribución) de Edenor y Edesur se aplicará en forma desdoblada entre abril y junio, la actualización de los ingresos específicos de las gasíferas se efectuará en un solo tramo.
De acuerdo con los números difundidos desde la Secretaría de Energía comandada por la massista salteña, Flavia Royón; la mejora en los ingresos específicos que tendrán las distribuidoras (Metrogas, Naturgy, Gasnea, Camuzzi Sur, Camuzzi Pampeana, Gasnor, Litoral Gas y Ecogas) oscilará entre el 70% y 90%, muy lejos de las subas del 150% al 260% que habían reclamado esas empresas en la audiencia pública de enero.
Por el lado de las transportadoras TGN y TGS, la actualización de sus ingresos superará el 100% por el agregado de un porcentaje especial del 20%, que será destinado a la financiación de nuevas obras de ampliación de plantas compresoras y de la capacidad de transporte de la red de gasoductos de ambas empresas.
En lo que respecta al valor del gas que compran las distribuidoras, un informe de la consultora Economía y Energía (E&E)-- dirigida por el economista y exvicepresidente de Administración Finanzas de YPF entre 2012 y 2015, Nicolás Arceo—destacó que "tras haber tenido en el primer semestre de 2022 una suba promedio del 25%, el gas para los clientes residenciales registró entre septiembre y el 1 de enero de este año tres aumentos acumulados por la aplicación del nuevo esquema de segmentación tarifaria y quita de subsidios".
Tarifa de gas: impacto en el bolsillo y en el índice de inflación
El precio del metro cúbico (m3) para los hogares de altos ingresos y los de ingresos medios pasó de alrededor de $5 en mayo de 2022 a $33 desde marzo de este año, acumulando una suba de casi el 400% en el valor el gas que representa casi la mitad del costo total de las boletas que abonan los usuarios.
Un usuario hogareño de la distribuidora Metrogas que había arrancado 2022 pagando $5 el metro cúbico de gas pasó a abonar $10 en junio; $14 en setiembre; $19 en noviembre y $27 en enero. Desde marzo, empezará a pagar por el gas que consuma un nuevo precio de $33 por metro cúbico.
Desde el equipo energético salieron a minimizar el impacto de los aumentos con el argumento de solo tendrán una incidencia en el índice inflacionario de marzo inferior al 1%.
Más allá de esa visión oficial que para algunos especialistas resulta demasiado optimista, lo cierto es que cada incremento en las tarifas de gas que recaen sobre los clientes comerciales e industriales implica siempre una suba en los costos operativos de cada empresa que luego se termina trasladando a los precios finales que afrontan los usuarios.
Los aumentos que se suman de luz y AySA
Junto con la actualización tarifaria del gas, tanto la clientela residencial como los comercios e industrias también deberán hacer frente a los restantes aumentos que habilitó la administración de Alberto Fernández desde febrero y marzo para los servicios de energía eléctrica y de la empresa AySA.
Desde el primer día de febrero entró en vigencia una suba promedio del 30% en el precio de la energía eléctrica correspondiente a la última tanda de aumentos del esquema de "segmentación tarifaria".
Ese ajuste recayó sobre los usuarios residenciales de mayores ingresos y los hogares de sectores medios que consuman más de 400 kWh mensuales en el área metropolitana y más de 650 kWh en las provincias que integran la región del Norte Grande. En el caso de las industrias y comercios que no tienen contratos directos con las generadoras y son abastecidos por las distribuidoras, los aumentos se ubicaron entre el 40% y 70% con respecto a las tarifas facturadas hasta enero.
A esos aumentos se les agregarán en abril y junio, los dos incrementos previstos para Edenor y Edesur cuyos porcentajes aún restan definir.
En el caso de los servicios de AySA, el esquema de quita de subsidios se viene implementando en distintas etapas desde noviembre pasado. A diferencia de los servicios de gas y electricidad, no se hace según nivel de ingresos, si no por un coeficiente zonal que toma en cuenta los domicilios de los usuarios.
Para los clientes de coeficientes zonales altos, la quita de subsidios ya se aplica en forma plena desde noviembre. En tanto, los usuarios de coeficientes zonales medios --que todavía conservaban un subsidio del 20%-- pasarán a pagar la tarifa plena a partir de marzo. Por último, los clientes de coeficientes zonales bajos verán recortado el nivel de subsidio que reciben del 30% a solo el 15%.
Fuente: iProfesional