04/02/23

Licitaciones turbulentas salpican los puertos de Dock Sud y San Pedro

El ámbito portuario bonaerense quedó en la mira por las dudas y sospechas que arrastran dos licitaciones en curso en Dock Sud y San Pedro.

Por Antonio Rossi




El segundo mes del año arrancó con una doble turbulencia en el ámbito portuario bonaerense por los ruidos e interrogantes generados en dos procesos licitatorios que llevan adelante los consorcios de gestión de Dock Sud y San Pedro.

En el caso del puerto de Dock Sud, las miradas de los empresarios del sector y legisladores opositores se focalizan en la licitación para construir un nuevo muelle destinado a atender buques de cargas de mayor calado que ha sido convocada bajo el marco de una “iniciativa privada” presentada por la empresa Exolgan.

Controlada por el holding PSA (que controla entre otros los puertos de Singapur y Amberes) y el grupo naviero MSC (Mediterranean Shiping Company), Exolgan es la operadora privada de la terminal de contenedores del puerto de Dock Sud que tendría todos los boletos para quedarse con la adjudicación de las obras y los permisos de operación en juego.

Para las empresas interesadas en competir la licitación, más allá de las ventajas que tiene por ser la impulsora de la iniciativa privada de poder igualar una oferta que sea hasta un 5% superior, Exolgan también se ve beneficiada por el exiguo plazo que establecieron las autoridades portuarias de Dock Sud para la presentación de las ofertas.

Tras haber abierto el proceso licitatorio el 4 de enero, el consorcio de gestión de Dock Sud presidido por Carla Monrabal fijó un plazo de solo 45 días que la recepción de las ofertas que deben ir acompañadas de una serie de estudios técnicos y autorizaciones oficiales y de la propia Exolgan que ocupa la zona lindera por donde se debe acceder al lugar de las obras.

El proyecto en juego comprende la demolición del antiguo muelle 1 de Dock Sud y la construcción de una nueva infraestructura portuaria para poder atender la llegada de barcos de cargas de mayor calado de hasta 366 metros de eslora y 52 metros de manga. La empresa que se quede con las obras se llevará un permiso de uso del nuevo muelle por un plazo inicial de 10 años que, bajo determinadas condiciones, podría ser prorrogado por un período similar.

Hasta ahora, el lote de las empresas que evalúan presentarse en la licitación está integrado por TecPlata—la terminal de contenedores del puerto platense que controla el grupo filipino ICTSI--, APM (la operadora de la terminal 4 del puerto de Buenos Aires del grupo Maersk) y TRP, la concesionaria de las terminales porteñas 1, 2 y 3 que controla el holding estatal Dubai Ports World, asociado con el grupo local Román.

Desde esas compañías advierten que la cancha estaría demasiada inclinada a favor de Exolgan por las condiciones y pautas que se establecieron tanto para el armado de las oferta, como para la realización de los trabajos.

Apuntan que cuenta con la concesión del espacio en el que se deben ejecutar las obras hasta el 4 de agosto de 2025. Esto implica que cualquier otro ganador de la licitación que no sea Exolgan deberá negociar y obtener las autorizaciones de esta empresa para poder realizar el movimiento de maquinarias y materiales y el traslado diario del personal afectado a las obras.

A eso añaden la exigencia de una serie de documentaciones técnicas y de ingeniería que resultan casi imposible de reunir antes de la presentación de las ofertas pautada para la segunda quincena de febrero.

A los cuestionamientos del lado empresarial se sumó una movida con varios pedidos de informes a los gobiernos nacionales y de la provincia de Buenos Aires motorizada por el diputado nacional, Héctor Stefani (Juntos por el Cambio-Tierra del Fuego).

Al ministerio de Transporte de Diego Giuliano, el legislador opositor le reclamó que informe si la iniciativa privada de Exolgan afecta las vías concesionadas a la carguera Ferrosur. A la titular del consorcio portuario de Dock Sud, le solicitó que aclare los alcances del proyecto y por qué estableció un plazo de solo 45 días para la apertura de ofertas. Y la ministra bonaerense de Ambiente, Daniela Vilar, le pidió que confirme o no si las obras en juego tienen aprobada la “evaluación de impacto ambiental”.

En el caso del puerto de San Pedro, la controversia gira en torno de la licitación que tiene en curso el Consorcio de Gestión para el dragado de mantenimiento y mejora del acceso a la terminal portuaria.

Con un presupuesto oficial de $174.428.800, los trabajos de dragado contemplan una extracción de 130.000 metros cúbicos en el canal de acceso desde la vía de navegación troncal, el muelle de cabecera, el sector de maniobras y la dársena de ultramar.

La convocatoria destinada a dragadoras nacionales quedó en la mira por la polémica cláusula que incluida en el artículo 7 del pliego de bases y condiciones. Al fijar las “especificaciones técnicas particulares” que debían reunir los equipos de dragado, el consorcio de gestión sampedrino presidido por Marcos Almada estableció que la “capacidad de la cántara” de las dragas no podían superar los 800 metros cúbicos.

Esa limitación –justificada ahora en motivos ambientales y ecológicos—contrasta de manera significativa con las licitaciones que el mismo ente portuario ha venido efectuando desde 2018 en las que permitió y terminó adjudicando el dragado del canal de acceso a empresas que realizaron las obras con dragas de mayor capacidad de extracción.

Tras haber calificado esa restricción como “excesiva y arbitraria”, las empresas Compañía Sudamericana de Dragados (CSD) y Dragados Argentinos (DASA) –que en los últimos años ganaron las licitaciones del dragado con sus equipos de mayor capacidad de cántara—salieron a reclamar al consorcio portuario que modifique la nueva limitación impuesta con el argumento de que “carece de todo tipo de fundamento crítico y razonado en materia técnica y ambiental, resultando no sólo lesiva, sino también violatoria del derecho a participar en el proceso licitatorio”.

El planteo no fue tenido en cuenta y el proceso licitatorio siguió adelante con la recepción de una sola oferta de la empresa local Pagliettini, que está equipada con dragas inferiores a los 800 metros cúbicos que encuadran justo dentro de los lineamientos fijados por el consorcio portuario sampedrino.

Fuente: TyE