02/07/23

La segmentación de Guzmán trajo más asimetría tarifaria a nivel nacional

Dos informes exponen que los aumentos y la quita de subsidios que instaló el exministro agravaron la dispersión tarifaria entre las provincias. Las cargas locales golpean más al interior.

Por Antonio Rossi




A casi un año de la puesta en marcha, el régimen de segmentación tarifaria y quita de subsidios en los servicios de energía eléctrica y gas diseñado inicialmente por el exministro de Economía, Martín Guzmán, y retocado y ampliado por su sucesor y actual precandidato a presidente Sergio Massa hizo más visible la asimetría en las facturas finales que pagan los usuarios residenciales de las distintas provincias por los mismos niveles de consumo.

Si bien la eliminación de subsidios para los hogares de mayores ingresos le ha permitido al Gobierno achicar los desembolsos fiscales para cubrir las cuentas energéticas en rojo, el nuevo y triple encuadramiento de clientes residenciales basado en su situación económica y social le ha agregado al sistema tarifario una mayor complejidad y dispersión tanto a nivel nacional, como en el plano interno de aquellas provincias donde rigen distintas tarifas y topes de consumos bonificados que cambian según los meses del año.

El nuevo escenario tarifario de luz y gas que heredará la próxima administración que desembarque en diciembre en la Casa Rosada quedó sobre el tapete por medio de dos informes recientes del Observatorio de Tarifas y Subsidios IIEP (UBA-CONICET) y del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).

El esquema de segmentación tarifaria aplicado a nivel nacional dejó encasillados a los usuarios residenciales de luz y gas de la siguiente manera: 33% en el grupo Nivel 1 (N1), de mayor poder económico, que ya han perdido la totalidad de los subsidios; 47% en el bloque Nivel 2 (N2), que siguen conservando la ayuda económica estatal por tener ingresos bajos, y el 20% restante en el escalón Nivel 3 (N3) que agrupa a los hogares de ingresos medios que han tenido una poda parcial de subsidios.

Gas, donde está la mayor asimetría

Al analizar la situación que se registra con las tarifas de gas, el trabajo del Observatorio del Instituto Interdisciplinario de Economía Política UBA-CONICET destacó que al cruzarse con los precios distintos del gas que cobran las distribuidoras por diferencias por región, por inclusión en el régimen de zona fría, por segmentación de subsidios y en concepto de tarifa social, la segmentación por el consumo promedio hace que "la composición entre cargo fijo y cargo variable, para iguales usuarios sea, significativamente diferente entre provincias y subzonas".

"La segmentación de subsidios le puso aún más complejidad y aumentó la dispersión tarifaria ya que para los diferentes segmentos de usuarios puede variar la región donde encontrar la tarifa más baja para una misma categoría de consumo".

Según el informe, la factura promedio del país para un usuario N1 de la categoría R2 es de $6.794 por mes. En este rango, la factura más elevada es 4,2 veces mayor a la más baja y responde a las diferencias que existen en los consumos máximos asignados a los R2 según las zonas geográficas que llegan a 65 metros cúbicos mensuales en el AMBA y a 526 m3/mes en Tierra del Fuego. En el caso de un usuario N2, la factura promedio es de $3.131 mensuales y la más elevada es 3.7 veces superior a la del escalón más bajo. A su vez, la factura promedio de usuario N 3 es de $3.626 y la boleta más abultada también es 3.7 veces superior a la más baja por las diferencias en los consumos de los R2 que existen a nivel provincial.

Entre enero de 2019 y agosto de 2022, la tarifa residencial para un consumo promedio de gas natural se redujo 50% en términos reales. A partir de entonces, y hasta junio de 2023, hubo una recomposición real del 14% para los N1, mientras que en los N2 y N3 se observa una caída en términos reales del 33% y 34% por aumentos más bajos y el mantenimiento de subsidios.

La luz más barata de la región

En el caso del servicio eléctrico, el trabajo del Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP señala que, ante igual consumo, las facturas finales más bajas de los hogares N1 y N2 se encuentran en La Rioja y las de los N3, en Santiago del Estero. En el otro extremo, las boletas finales más elevadas de los tres niveles de usuarios corresponden a la provincia de Neuquén.

Así, las facturas promedio del país son de $8.861 para un N1; de $3.991 en el caso de un N3 y de $3.712 para un N2. Un análisis transversal indica que la boleta final promedio de un hogar de altos ingresos es 2.4 y 2.2 veces superior respecto de la factura de un hogar N2 y N3 respectivamente.

En el período marzo/2019 y agosto/2022, la tarifa residencial para un consumo promedio de energía eléctrica se redujo 64% en términos reales. Desde agosto pasado y hasta junio de este año, hubo una recomposición real del 211% en el caso de los N1, mientras que los N2 y N3 siguieron cayendo en términos reales.

Tomando como referencia los datos del primer trimestre de 2023, la comparación regional muestra que la tarifa eléctrica residencial se encuentra muy por debajo de sus pares de la región: por un consumo de 300 kWh/mes, una familia argentina paga solo el 60% de lo que se cuesta en Brasil y el 30% de lo que abona un cliente hogareño por el mismo consumo en Uruguay.

El lastre impositivo según las provincias

Otro factor que alimenta la dispersión tarifaria energética está dado por los impuestos y tasas que cargan en las facturas la Nación y los gobiernos provinciales y municipales.

Según un análisis del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), el peso tributario indirecto sobre el valor neto de una factura de luz que debe afrontar un usuario del servicio eléctrico en la Capital Federal es del 32%. Una boleta de luz que tiene un valor neto de $2.000 arrastra una carga impositiva de $642 correspondiente al IVA, Ingresos Brutos, Impuesto al Cheque y una contribución municipal.

Para los que viven en el interior del país, la carga impositiva para un consumo similar de $2.000 trepa, en promedio, al 47,9% y representa una suma adicional de $958 generada por el IVA, Ingresos Brutos, alumbrado público, tributos provinciales específicos y tasas municipales.

En el caso del gas, el trabajo del Iaraf destacó que un hogar porteño que tiene un consumo neto equivalente a $2.000 debe pagar un extra impositivo del 30,3% que alcanza a $ 606. En el resto del país, el lastre tributario llega al 35% e implica agregar $ un suplemento de $700 a una factura neta de $2.000.

Nota Editada en LetraP