10/07/23

Gasoducto Néstor Kirchner: incertidumbre por las obras que faltan y polémica por el impacto económico

La inauguración del gasoducto dejó sabor amargo entre empresarios del sector por demoras que podrían arrastrar las licitaciones de obras complementarias

Por Antonio Rossi



La inauguración del GPNK dejó sabor amargo entre empresarios del sector por demoras que podrían arrastrar las licitaciones de obras complementarias

Más allá del ampuloso "relato" que buscó enmarcar el hecho como un "acto de soberanía energética" para apuntalar la campaña electoral de precandidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa; la inauguración de la primera etapa del nuevo gasoducto troncal que el Gobierno bautizó con el nombre de "Presidente Néstor Kirchner" (GPNK) dejó un sabor amargo entre los empresarios y especialistas del sector por las demoras que podrían arrastrar las licitaciones de las obras complementarias y de los nuevos proyectos de ampliación de la red de gasoductos que permitirían aprovechar al máximo el potencial productivo de Vaca Muerta.

Por distintas vías y voceros, tanto el ministerio de Economía de Sergio Massa, como la Secretaría de Energía comandada por Flavia Royón habían anticipado en las últimas semanas que el acto de puesta en marcha del GPNK en Salliqueló iba a constituir también el punto de largada de las tres licitaciones gasíferas clave que ya fueron anunciadas en reiteradas ocasiones.

Se trata de las dos plantas compresoras adicionales que faltan instalar en el primer tramo del GPNK; la construcción y montaje de la segunda etapa entre Salliqueló y San Jerónimo y las obras de reversión del Gasoducto del Norte.

Inicialmente la intención oficial era lanzar los tres llamados licitatorios antes de las PASO del 13 de agosto. Pero a juzgar por las palabras de Massa en su discurso de ayer, las convocatorias a los oferentes y contratistas privados van camino a retrasarse más de la cuenta. Sin mayores precisiones, el timonel de Economía y aspirante a la Casa Rosada señaló que una de esas licitaciones podría salir en agosto y las otras en algún momento en septiembre.

Empresarios, preocupados por la falta de definiciones

Desde el sector empresario consideran que la falta de definiciones estaría indicando que el Gobierno enfrenta serias dificultades para poder cerrar la ingeniería financiera de las obras debido a que no cuenta con fondos suficientes. Además, el sondeo efectuado por los funcionarios de la estatal Enarsa para que las principales petroleras se sumen a la financiación de las obras recibió en todos los casos una respuesta negativa.

A la escasez de recursos y la ausencia de inversores privados se sumaría la presión que viene ejerciendo el FMI para que las autoridades económicas profundicen la reducción del gasto público y achiquen el déficit fiscal como contrapartida a la reprogramación de los pagos y el adelanto de los desembolsos que estaban previstos para los próximos meses.

En los próximos días, el primer tramo del GPNK que inauguraron Massa, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner comenzará a aportar a la red nacional unos 11 MMm3 diarios que ayudarán a recortar las importaciones de GNL y de combustibles alternativos.

La planificación inicial contemplaba que, en los primeros meses de 2024, la capacidad de transporte se iba a elevar hasta 21 MMm3 diarios con la habilitación de dos plantas compresoras adicionales entre Tratayén y Salliqueló. Esas plantas todavía no se licitaron y cada día de retraso alarga el tiempo en que podrían estar listas para ser habilitadas.

Qué pasa con la segunda etapa

El otro proyecto relevante en la mira corresponde a la segunda etapa del GPNK entre Salliqueló y la localidad santafesina de San Jerónimo. Se trata de un gasoducto que tiene una extensión de 467 kilómetros para transportar hasta 22 MMm3 diarios adicionales destinados a abastecer a las industrias y principales ciudades de las regiones Centro y NEA.

La inversión prevista ronda los u$s2.000 millones, de los cuales el BNDES de Brasil ya se comprometió a financiar u$s690 millones para el suministro de las chapas y la fabricación de los caños que quedarían en manos de compañías del grupo Techint. Para los restantes u$s1.300 millones, el Gobierno prevé implementar un esquema, hasta ahora indefinido, de "invitación al sector privado para que de manera colaborativa y asociada participe en la realización de la obra".

En lo que respecta al Gasoducto del Norte, el proyecto en juego prevé la reversión del sentido de circulación actual para reemplazar el gas que dejará de enviar Bolivia con una mayor producción local de Vaca Muerta. Las obras diseñadas abarcan un nuevo un gasoducto de 122 kilómetros entre Tío Pujio y La Carlota para unir los sistemas trocales de transporte de TGS y TGN; un loop de 62 kilómetros paralelo al Gasoducto del Norte y la reversión de cinco plantas conversoras.

Cuando las obras estén terminadas y habilitadas, se podrán despachar hasta 19 MMm3 desde los yacimientos de Vaca Muerta hacia las provincias del NOA para suplir las importaciones del Altiplano que van camino a cerrarse por completo por la caída de la producción de gas de los pozos bolivianos. En este caso, la inversión en danza asciende a u$s712 millones que el Gobierno prevé cubrir con una línea de crédito ya aprobada de la Corporación Andina de Fomento (CAF) de u$s540 millones. Los u$s172 millones restantes los tiene que poner el Gobierno que aún no tiene en claro de donde los podrá sacar.

Ahorro polémico

Según los datos oficiales, la sustitución de importaciones de combustibles líquidos más caros por el gas de Vaca Muerta que se movilizará por el GPNK permitirá durante el primer año un ahorro fiscal de u$s2.200 millones.

Para los funcionarios de Energía, esa cifra podría trepar hasta los u$s4.300 millones, una vez que se concreten las obras de la segunda etapa del gasoducto entre Salliqueló y San Jerónimo.

Desde el sector privado, el exsecretario de Energía y Minería y consultor Emilio Apud apunta que el impacto económico del primer tramo del GPNK está muy lejos de los números oficiales. Considera que el ahorro estimado para lo que queda del invierno actual sería solo de u$s150 millones frente a un sobrecosto deu$s800 millones generado por la urgencia de terminar la obra antes de las elecciones.

Apud sostiene también que en la cuenta negativa habría que agregar una suma deu$s5.300 millones que debió afrontar el país en importaciones de GNL y combustibles líquidos alternativos debido a la demora que registró el Gobierno en los dos últimos años en la construcción del gasoducto.

Fuente: iProfesional