Por Antonio Rossi
Sin mayores precisiones y con los subsecretarios de Obras Públicas y Transporte todavía sin confirmar; el programa de emergencia que anunció el ministro de Economía, Luis Caputo, dejó planteadas varias dudas e interrogantes sobre cómo, cuándo y de qué manera se va a concretar la suspensión de las obras públicas a cargo del Estado y la reducción de los subsidios tarifarios energéticos y a los colectivos y trenes del AMBA.
Para el sector de "Obras Públicas", que quedó bajo la órbita del nuevo ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, lo que comunicó Caputo es que "no se licita más obra pública nueva y se cancelarán las licitaciones aprobadas cuyo desarrollo no haya comenzado". El titular de Economía destacó que "las obras de infraestructura serán realizadas por el sector privado ya que el Estado no tiene plata ni financiamiento para llevarlas a cabo".
Sin obras públicas ni subsidios: comienza el plan de ajuste de Milei
De acuerdo con los datos oficiales de la administración saliente, actualmente hay un total de 2.831 obras públicas de diversas características que están en ejecución y adjudicadas.
De ese total, aproximadamente la mitad son obras que tienen sus contratos en curso y que tienen distintos grados de avances y que acumulan varios certificados de trabajos realizados sin pagar.
La otra mitad corresponde a obras que se encuentran en las siguientes instancias:
- Contratadas, por iniciar
- Adjudicadas pendientes del contrato de inicio de trabajos
- Licitadas listas para adjudicar
- En camino a ser relicitadas.
Tanto el ministro del Interior, Guillermo Francos, como Ferraro habían destacado en antes de asumir que "los contratos de obras públicas firmados y en ejecución se van a respetar" y que las que queden en pie iban a ser sometidos a "un proceso de renegociación para reprogramar los plazos en función de los fondos disponibles":
Según vienen advirtiendo los directivos de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), si se dan de baja las casi 1.400 obras que se licitaron y están próximas a iniciarse, el Gobierno de Milei se expone a tener que afrontar tres consecuencias negativas relevantes: una cantidad similar de juicios de las empresas afectadas, la pérdida de la fuente de trabajo de alrededor de 200.000 trabajadores que dependen de las obras públicas y el pago de penalidades económicas por la caída de los créditos concedidos por organismos internacionales (Banco Mundial, BID, Banco de Desarrollo de América Latina-CAF) para los proyectos de infraestructura y servicios que sean cancelados.
Gasoducto Néstor Kirchner: ¿se paralizarán obras de energía claves?
Si Caputo aplica a rajatabla la medida de interrumpir por completa las obras nuevas y en carpeta, quedarían sin hacerse dos obras energéticas clave para apuntalar y transportar la producción de Vaca Muerta y reducir las importaciones de gas. Se trata de la "Reversión del Gasoducto Norte" y la segunda etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK).
La reversión del Gasoducto Norte está destinada a suplantar el gas importado que dejará de enviar Bolivia por la producción local de Vaca Muerta y ya debería estar en ejecución para poder tenerla habilitada antes del próximo invierno.
En la ampliación del GPNK entre Salliqueló (Buenos Aires) y San Jerónimo (Santa Fe) está diseñada para incrementar los despachos de gas de Vaca Muerta hasta unos 39 millones de metros cúbicos diarios (MM3/día). El tramo en juego tiene una extensión de 524 kilómetros y tiene como fin abastecer a grandes ejes urbanos e industrias del centro y norte del país y permitir la exportación de gas a Uruguay y Brasil.
En lo que respecta al transporte público de pasajeros y a las facturas de energía, Caputo anunció sin mayores aclaraciones que iban a ser reducidos. Justificó esa medida con el argumento de que "el Estado mantiene artificialmente precios bajísimos a través de subsidios. La política siempre engaña a la gente haciéndole creer que le pone plata en el bolsillo a la gente. Pero los argentinos ya se dieron cuenta que esos subsidios se pagan con inflación y lo que se regala en el boleto, se paga en el supermercado".
Lo que le faltó a Caputo y a Ferraro es detallar cómo será la "hoja de ruta" que van seguir para recortar los subsidios energéticos y las compensaciones tarifarias destinadas a las líneas de colectivos y trenes del AMBA.
Tarifas de luz y gas: sin mayores precisiones
Por el lado de las tarifas de energía eléctrica y gas, no hubo precisiones sobre cómo, cuándo y en qué porcentajes se van a reducir los subsidios. Además, los aumentos que se deriven de esos recortes deben pasar previamente por audiencias públicas que tienen que ser convocadas con 30 días de antelación.
Por la quita de subsidios, desde mayo de este año el segmento residencial N1-que agrupa a casi 5,4 millones de clientes hogareños de todo el país- está abonando la tarifa plena de energía eléctrica. En tanto, los usuarios de bajos ingresos N2 y los del sector medio N3 --que totalizan casi 11 millones de hogares –siguen manteniendo distintas porciones de subsidios y pagan solamente entre 13% y 17% del costo total de la energía eléctrica, mientras que el Estado cubre entre el 87% y 83% restante.
¿Cuánto costará el boleto de trenes y colectivos sin subsidios?
En lo atañe a las tarifas de colectivos, si se eliminan los subsidios de golpe, los boletos actuales que pagan los usuarios en las líneas de la región metropolitana y que oscilan entre $52,96 y $72,61 se elevarían a un mínimo de $ 358,15 y un máximo de $ 1.032,85, según las distintas secciones de recorrido.
Según la resolución vigente 615/23 que aprobó los costos, ingresos y compensaciones económicas destinadas a las líneas del AMBA, las "tarifas plenas" en caso de que desaparezcan los subsidios deberían ser las siguientes:
- Distrito Federal: $ 435,61
- Líneas del Subgrupo General I: $ 471,58 y $ 589,48.
- Líneas del Subgrupo General II: $ 1.032,85
- Líneas interurbanas del Gran Buenos Aires: $ 358,15, $ 468,97 y $ 645,21.
- Líneas municipales: $ 325,93 y $ 390,73.
En el caso de los trenes metropolitanos, los números de consultoras privadas indican que las tarifas mínimas--que se encuentran congeladas desde agosto entre $ 25,72 y $ 33,29--tendrían que trepar sin subsidios a un promedio de $ 600 en los ferrocarriles eléctricos y a $ 800 en las líneas con servicios diésel.
Fuente: iProfesional