10/10/22

Los nuevos nubarrones que afectan la obra clave del gasoducto troncal de Vaca Muerta: ¿habrá nuevas demoras?

Dos cuestiones salientes dispararon las señales. Analistas del sector que ven cada vez más complicado que se puedan cumplir los plazos de concreción

Por Antonio Rossi




En su visita a los diputados que comenzaron a tratar el Presupuesto 2023, la secretaría de Energía, Flavia Royón volvió a afirmar que el nuevo gasoducto troncal de Vaca Muerta estará terminado para el próximo invierno. Lejos de aportar tranquilidad y certeza, esa nueva promesa oficial no logró despejar los nubarrones que aparecieron en los últimos días en torno a la megaobra de infraestructura energética que tiene en marcha en Gobierno.

Dos cuestiones salientes dispararon las señales de alerta entre las empresas y analistas del sector que ven cada vez más complicado que se puedan cumplir los ajustados plazos de concreción de la obra y puesta en servicio del nuevo gasoducto que la nomenclatura oficial bautizó como "Presidente Néstor Kirchner" y que está destinado a aumentar la capacidad de transporte de gas natural desde el yacimiento de Vaca Muerta hasta los centros de mayor consumo de la región metropolitana del AMBA y las provincias de Buenos Aires y Santa Fe.

El primer punto tiene que ver con la decisión de las autoridades energéticas de destinar para el inicio de la obra una primera partida de caños que estaban sin usar en un depósito de la Aduana en la localidad bonaerense de Campana.

Con bombos y platillos, el ministro de Economía, Sergio Massa; el titular de Enarsa, Agustín Gerez y Royón realizaron la semana pasada un acto oficial para anunciar la salida de los primeros camiones con las cañerías para el gasoducto.

El material trasladado será destinado a la construcción de dos obras complementarias: el ramal Mercedes-Cardales –de 80 kilómetros de extensión- y la ampliación de 29 kilómetros del gasoducto Neuba II.

Se trata de caños de 30 y 36 pulgadas que habían sido adquiridos entre 2008 y 2012 para obras de ampliación y refuerzo de gasoductos que nunca se pusieron en marcha y que estaban guardados bajo custodia de la Aduana.

Nubarrones afectan obra del gasoducto troncal de Vaca Muerta

Massa y los funcionarios energéticos buscaron capitalizar el hecho como un avance concreto de la obra que fue licitada en los primeros meses de este año. Pero tanto el ex ministro de Infraestructura, Julio de Vido; como los principales consultores energéticos salieron a cuestionar ese "relato oficial" y plantearon una serie de dudas que dejan mal parada a la administración de Alberto Fernández.

Tras remarcar que habían sido comprados bajo su gestión, el ex ministro kirchnerista advirtió que "los caños que pomposamente han anunciado como el comienzo de la construcción de gasoducto Néstor Kirchner no son los caños comprados en esta gestión".

De Vido precisó que "fueron adquiridos para la ampliación de gasoductos que había comenzado en 2007 mediante fideicomisos exitosos y luego quedaron arrumbados y abandonados por durante la gestión macrista". En tanto, para varios consultores, la sorpresiva aparición de los caños que estaban apilados en un depósito generó tres interrogantes críticos sobre el accionar de los actuales funcionarios.

En primer lugar, ¿cómo es posible que ni Enarsa -a cargo de la licitación de las obras del nuevo gasoducto-, ni la Secretaría de Energía -responsable de la planificación y aprobación de la obra- no se hayan percatado de la existencia de esos materiales que son propiedad al Estado?.

En segundo lugar, ¿cómo explican ahora los funcionarios del área energética no haber incurrido en mal uso de los fondos públicos al haber comprado la misma cantidad de caños que tenían al alcance de la mano si simplemente hubieran chequeado los antecedentes y registros de las anteriores licitaciones y obras de gasoductos?

Y por último, ¿qué destino tendrán los caños que se adquirieron a la empresa Siat-Tenaris del grupo Techint para las obras complementarias que serán construidas con los materiales hallados en Campana?

Aristas llamativas aparecen en el horizonte del nuevo gasoducto

Casi al mismo tiempo en que saltaba sobre el tapete esta insólita situación con los caños comprados hace más de 10 años, una segunda arista llamativa apareció en el horizonte del nuevo gasoducto.

Pese a que las principales figuras de Gobierno aseguran en cada ocasión que se les presenta que el gasoducto va a estar en actividad para mediados de junio del próximo año y que permitirá prescindir de una parte de las importaciones de gas por barco que se venían realizando en los últimos años; desde el área de Energía habrían contactado en los últimos días a la empresa Excelerate para sondear las posibilidades de traer nuevamente un barco regasificador a Bahía Blanca para el invierno 2023.

Salvo el interregno de 2018-2019, todos los años desde 2008 Argentina tuvo contratar un buque regasificador en el puerto bahiense para poder reforzar la oferta de gas al mercado interno.

Operado por la compañía Excelerate y a un costo diario de u$s150.000, a fines de agosto zarpó de ese puerto bonaerense el último regasificador que había sido contratado por Enarsa para el invierno pasado con la idea de que ya no sería necesario para el próximo año.

Por las dudas y ante la posibilidad de que las obras del gasoducto se demoren más de lo previsto, desde el área energética salieron a abrir el paraguas y con muy bajo perfil comenzaron a sondear con la empresa dueña de los barcos un posible retorno del regasificador en mayo del año que viene.

El escollo que apareció en el camino es que el buque que había estado en el país hasta hace dos meses ya fue contratado por una compañía finlandesa por un plazo de 10 años.

Una alternativa en danza para salir del paso y que implicaría una doble movida sería llegar a un acuerdo con Alemania para ver si puede ceder durante el verano europeo el regasificador que tiene reservado para todo 2023 para que Enarsa lo utilice en los meses de invierno de acá.

De no ser factible esa salida, Argentina podría quedarse sin la posibilidad de poder importar GNL por Bahía Blanca y solo contaría con el regasificador de Escobar cuyo contrato se mantiene firme y sin riesgos.

Fuente: iProfesional