12/04/22

¿Habrá cortes en el invierno?: Por qué los acuerdos energéticos no despejaron la incertidumbre

Las negociaciones para reforzar el abastecimiento energético en el invierno con Bolivia y Brasil plantearon entre las industrias una renovada preocupación.

Por Antonio Rossi



Las proyecciones indican que durante el invierno la oferta de gas deberá ser atendida en un 73% por petroleras domésticas

Lejos del clima de alivio que intentó instalar el relato oficial, las negociaciones para reforzar el abastecimiento energético en el invierno que el Gobierno llevó adelante en la última semana con Bolivia y Brasil dejaron planteadas entre las grandes industrias y los analistas del sector una renovada preocupación por los posibles cortes de suministros de gas y electricidad.

También platea un signo de interrogación sobre el rumbo que adoptará la política energética en medio de la marcada disputa interna que afecta al Frente de Todos.

Las reuniones que mantuvieron en Buenos Aires el presidente Alberto Fernández y su par del Altiplano, Luis Arce y en San Pablo, el ministro de Economía, Martín Guzmán con su colega brasileño de Energía y Minas, Bento Albuquerque concluyeron con un resultado escaso que no ha logrado despejar las señales que auguran un irregular abastecimiento energético en los meses de bajas temperatura.

Para este año, las proyecciones oficiales indican que durante el período invernal la oferta total de gas deberá ser atendida en un 73% por las petroleras domésticas, un 18% con barcos de GNL y el 9% restante con el gas proveniente de los yacimientos bolivianos.

¿Habrá cortes en el invierno?: el impacto de los acuerdos con Bolivia

El convenio alcanzado entre la estatal IEASA, conducida por el camporista Agustín Gerez, e YPFB estable que Bolivia se compromete a proveer un volumen de 14 millones de metros cúbicos (MMm3) diarios de gas en condiciones firmes durante el período que va de mayo a setiembre.

En caso de contar con gas disponible que no sea demandado por Brasil que tiene prioridad de entrega, la petrolera boliviana podrá ampliar los despachos diarios a Argentina hasta 18 MMm3/día en el período invernal.

En cuanto a los precios a pagar, el acuerdo determina que hasta los primeros 10 MMm3 diarios seguirán vigentes los valores de la addenda 2021 que actualmente oscilan entre u$s7 y u$s9 por millón de BTU (MBTU).

En tanto, por los volúmenes adicionales que superen los 10 MMm3 diarios, se abonará un precio de u$s19,8 por MBTU. En el caso de Bolivia cumpla con la entrega en firme de los 14 MMm3 diarios comprometidos, el precio promedio ponderado del gas llegará a u$s12,18 por MBTU.

Tras la firma del convenio, el secretario de Energía, Darío Martínez salió a difundir dos aspectos positivos que, a priori, se desprenderían de las nuevas condiciones de importación acordados con Bolivia.

Por un lado, que el precio promedio resulta ampliamente conveniente porque representa solo la cuarta parte de lo cuesta actualmente el GNL y prácticamente la mitad de lo que vale una carga equivalente de gasoil. Y por otro lado, que las entregas comprometidas por Bolivia para los meses invernales permitirán reemplazar unos 14 barcos de GNL aportando un supuesto ahorro en el pago de divisas de u$s769 millones.

Inicialmente las proyecciones oficiales habían estimado que para este año se iba a tener que importar unos 70 cargamentos de GNL para poder garantizar el abastecimiento residencial e industrial.

Hasta ahora se lleva adquiridas 9 cargas y si se descuentan los barcos de menos que teóricamente se cubrirían con los mayores envíos del Altiplano, lo que lo restaría comprar al Gobierno son otros 47 barcos más para alimentar las terminales regasificadoras de Escobar y Bahía Blanca.

Cuestiones significativas que condicionan los resultados del acuerdo con Bolivia

Más allá de las aristas favorables que destacó en sus declaraciones, Martínez pasó por alto un par de cuestiones significativas que condicionan los resultados del acuerdo con Bolivia.

En primer lugar, los precios más altos que el país deberá pagar por los volúmenes diarios que superen los 10 MMm3 implicarán un desembolso adicional de US$ 500 millones anuales con respecto a lo abonado en 2021.

Y en segundo lugar, el supuesto ahorro por la menor cantidad de barcos de GNL que se tendrían que contratar no está para nada asegurado en función de los reiterados incumplimientos que viene arrastrando Bolivia en los últimos años con las entregas que estaban pactadas.

En los últimos cuatro meses de 2021 debía entregar un promedio de 10 MMm3, pero apenas pudo cumplir con envíos que oscilaron entre 7,5 y 8 MMm3.

El contrato inicial de compra de gas a Bolivia se había firmado en 2006 y contemplaba llegar en tres años a una provisión del orden de los 27 MMm3 diarios.

Ese registro se fue modificando con el correr de los años por la declinación productiva de YPFB. En 2020, el compromiso que había asumido Bolivia era suministrar un promedio de 21,3 MMm3 diarios que tampoco logró cumplir.

La última addenda contractual que estuvo vigente hasta diciembre fijaba un abastecimiento de 10 MMm3 en el verano y de 18 MMm3 en el período invernal que no se alcanzaron a completar en ningún mes del año pasado.

Eventual reducción de los pedidos

En tanto, otro cariz del nuevo acuerdo cerrado con YPFB deja al descubierto que Bolivia no ha logrado superar el estancamiento productivo de los últimos años.

Los 4 MMM3 diarios adicionales a los 14 MMm3 en firme que se comprometió a entregar durante cinco meses a partir de mayo no llegarán como consecuencia de una mayor producción de sus yacimientos, sino de una eventual reducción de los pedidos que tiene asignados Brasil de manera prioritaria.

A su vez, de la negociación que Guzmán llevó adelante con Albuquerque en San Pablo sólo se conoció un anuncio ambiguo y sin mayores precisiones sobre una futura venta de energía eléctrica de Brasil en los próximos meses.

Tanta Guzmán, como el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli se limitarán a indicar que "se trata de un flujo de energía eléctrica que alcanzará los dos gigavatios de potencia que va a garantizar la seguridad energética en los meses de mayo a septiembre".

Lo que ninguno de los dos pudo precisar es si será una operación de "intercambio compensado" de energía eléctrica que Argentina repondrá más adelante o una importación lisa y llana por la cual el gobierno deberá pagar un precio ligado a la comercialización de la generación térmica brasileña que es más costosa que la producida por las usinas locales.

Fuente: Iprofesional.com