19/04/22

El massista Guerrera arma ayuda estatal para Moyano y las empresas de cargas

Se trata de un sistema destinado a financiar la capacitación de los choferes y la instalación de paradores para camiones en las principales rutas nacionales.

Por Antonio Rossi




A través del decreto 194, el Gobierno creó una nueva herramienta estatal de financiamiento destinada a la capacitación profesional y la construcción de paradores para los vehículos de cargas en las principales rutas del país. Se trata del nuevo Sistema Integrado de Mejora y Profesionalización del Autotransporte de Cargas (SIMPAC) que funcionará bajo la órbita del Ministerio de Transporte, a cargo del massista Alexis Guerrera, y que beneficiará al gremio de Camioneros, que conduce Hugo Moyano, y a las empresas del sector.

La ayuda se financiará a partir de los recursos del Sistema de Infraestructura de Transporte (SIT), que se nutre del pago de impuestos en el combustible. Desde el Ejecutivo destacaron que el aporte será del 6,5 %.

El decreto de creación del SIMPAC -que lleva las firmas de Alberto Fernández, Juan Manzur y el propio Guerrera- establece que la nueva normativa “tendrá por objeto contribuir a morigerar los costos regulatorios de la actividad, el fomento al primer empleo para conductores profesionales de entre 18 y 21 años de edad, la implementación de medidas de profesionalización de los trabajadores y las trabajadoras del sector y el desarrollo tecnológico y registral, así como las demás medidas que conduzcan a aumentar la competitividad del componente transporte en la economía argentina”.

Al igual que extinto Régimen de Fomento de Profesionalización del Transporte de Cargas (REFOP) -creado en noviembre de 2003 en el gobierno de Néstor Kirchner y eliminado en abril de 2012 durante la segunda gestión de Cristina Kirchner-, el SIMPAC tiene como argumento teórico principal que sus recursos financieros provienen del mismo sector debido a que “el transporte automotor de cargas consume alrededor del 52 % del gasoil argentino y por tanto, contribuye en forma determinante, con los ingresos aportados al SIT”.

En cuanto a los destinos que tendrán los fondos del SIMPAC, el decreto destaca que se volcarán al “sostenimiento del Registro Único de Transporte Automotor (RUTA) y al financiamiento de diversos costos regulatorios del sector, tales como exámenes y capacitaciones del personal de conducción, costos laborales y previsionales, etc., medidas todas que han aliviado la ecuación económico financiera de los servicios, han favorecido la profesionalización del sector y han desincentivado la competencia desleal”.

Los recursos disponibles que manejarán los funcionarios de Transporte también servirán para “estudiar la posibilidad de bajar la edad mínima para conducir profesionalmente vehículos de transporte automotor de cargas de 21 a 18 años, como forma de paliar el paulatino descenso de trabajadores en el sector que se verifica a nivel mundial, de promover el primer empleo y generar nuevas fuentes de trabajo genuinas para la juventud argentina”.

Esa medida se complementará con el pago de “incentivos económicos dirigidos a promover la renovación generacional del plantel de empleados del sector del autotransporte de cargas, sufragando total o parcialmente los costos laborales derivados de la ampliación de la plantilla de personal por parte de las empresas”.

También quedará bajo la órbita del SIMPAC el desarrollo del denominado “Programa Puntos de Asistencia en Ruta al Autotransporte Registrad” (PARAR). Este programa -que fue creado el año pasado- contempla la construcción de una red de instalaciones en las principales rutas del país para brindar asistencia y servicios a los camioneros.

Para justificar la financiación estatal a esos emprendimientos, los funcionarios que confeccionaron el decreto 194 no tuvieron empacho en utilizar una redacción por demás ampulosa y florida.

Según la visión oficial, el PARAR facilitará “el cumplimiento de las exigencias del descanso y la apoyatura a la actividad de suministro y abastecimiento y servirá para articular con los principales centros generadores y atractores de viajes, de transferencia de cargas y nodos logísticos, de forma tal de complementar las medidas de carácter regulatorio con aquellas otras de desarrollo infraestructural que hagan posible la verdadera jerarquización de los servicios de transporte productivo, logística y fortalecimiento de las cadenas de valor”.

Nota Editada en LetraP