23/01/17

Por atrasos en las inversiones, Aranguren no tendrá las nuevas usinas prometidas para el verano

Seis de las siete centrales térmicas están demoradas y no pueden cumplir los plazos.

Por Antonio Rossi



La Política Online A los funcionarios del área energética que pilotea Juan José Aranguren les duró poco tiempo la alegría por las 196 iniciativas privadas de generación que habían recibido la semana pasada y que exhibieron como una “muestra de confianza de los inversores”.

Sin que lo que admitan públicamente, tanto las autoridades de la Secretaría de Energía Eléctrica, como responsables de la CAMMESA ven cada vez con más preocupación la situación planteada con las usinas térmicas que debían entrar en servicio entre los últimos días de 2016 y los dos primeros meses de 2017.

De las siete centrales de generación térmica que estaban programadas para iniciar sus operaciones entre enero y febrero, seis se encuentran demoradas y, si se aplican las clausulas vigentes, van camino a ser penalizadas con multas que podrían llegar hasta los 10 millones de dólares.

Se trata de las usinas que a mediados de 2016 fueron adjudicadas en el marco de la resolución 21 con el fin de ampliar la capacidad de generación con contratos a largo plazo y el pago en dólares de la potencia y la energía suministradas.

Los contratos firmados con diversas empresas privadas abarcaron un total de 2.871 MW, los cuales iban a ser incorporados gradualmente al sistema eléctrico en tres momentos clave: el verano 2017, el período invernal 2017 y el verano siguiente de 2018.

El 25% del paquete total de MW que fue adjudicado debía habilitarse comercialmente entre mediados de diciembre y fines de febrero. Pero de esos 713 MW comprometidos para estas semanas, sólo entrarían en tiempo y forma apenas unos 58 MW. Son los correspondientes a la nueva usina térmica de Bragado que está tiene a su cargo la empresa Genneia.

Según un informe preliminar que manejan los técnicos de Energía, las empresas con proyectos demorados y pasibles de multas son las siguientes:

--APR Energy: Tiene atrasada una central de 215 MW en Matheu que debió ha ver entrado en funcionamiento el 10 de diciembre pasado. En Pilar, posee otra usina en construcción de 94 MW que no podrá terminar a tiempo para la fecha fijada del 27 de enero.

--RIO Energy: Su usina bonaerense de General Rojo de 138 MW acumula un atraso superior a un mes con respecto a la fecha de puesta en servicio establecida para el 30 de enero.

--Centrales de la Costa: Esta compañía estatal bonaerense tiene comprometida una usina de 88 MW para Mar del Plata que debía entrar en servicio el 1 de febrero. Pero, ya le anticipó a los funcionarios de la Nación que va a necesitar entre 30 y 45 días más para ponerla en marcha.

--SO Energy: Tiene en ejecución dos centrales de 60 MW cada una en Río Tercero (Córdoba) y Salto (Buenos Aires) que deberían estar habilitadas el próximo 28 de febrero. Pero, por retrasos en las obras, los ensayos y pruebas de cargas quedarían demorados hasta finales de marzo.

Según los técnicos del sector, los motivos que explicarían este generalizado atraso en las usinas comprometidas para el verano son: la falta de una adecuada planificación de las empresas inversoras, el error de cálculo con los plazos de importación de los equipos, la tramitación a destiempo de los permisos ambientales y municipales y los financiamientos incompletos que tardaron en cerrarse.

Ante esta situación que no esperaban, ahora los funcionarios de Energía tienen que resolver si aplican al pie de la letra los términos contractuales con las millonarias penalizaciones que les corresponden a las empresas que incumplen los plazos o sí hacen una excepción y les otorgan una suerte de “dispensa” para que habiliten las usinas más tarde de lo previsto.

Fuente: Publicado en lapoliticaonline.com