10/02/16

Los gerentes de Kicillof toman el control de Enarsa, con la complacencia de Aranguren

El camporista Alejandro Fusoni es el nuevo gerente general y despidió a los hombres de De Vido.

Por Antonio Rossi



El ministro de Energía, Juan José Aranguren.

(LPO) - El “tren” macrista del ajuste y la baja de los contratados que se habían incorporado a los ministerios y entes públicos en los últimos meses de la gestión de Cristina Kirchner registró en la energética estatal Enarsa una atípica parada.

A diferencia de lo que viene sucediendo en casi todas las reparticiones y organismos donde son los principales perjudicados, en la empresa que pilotea Hugo Balboa—un ex gerente de Axión Energy del grupo Bulgheroni—los referentes de La Cámpora no sólo lograron zafar de la poda laboral, sino que además consiguieron afianzar sus posiciones en el nuevo organigrama interno.f

Lo que inicialemnte parecía una anécdota empieza a tomar la forma de un comportamiento que traviesa al gobierno macrista. En Aerolíneas Argentinas, Isela Constantini también forjó una alianza con los recien llegados camporistas a quien no sólo dejó en los cargos sino que incluso les permitió seguir con negociados como el del portal comercializador de pasajes, almundo.

Y en el sistema de medios públicos, Hernán Lombardi también dejó en Canal 7 –la joya de ese holding estatal- a todos los gerentes nombrados por Máximo Kirchner.

En este caso, la ola de despidos se llevó puestos a técnicos y gerentes con más de 10 años de antigüedad que, en su gran mayoría, habían llegado de la mano del ex ministro de Planificación, Julio De Vido.

Con el respaldo de Balboa, el encargado de pilotear las desvinculaciones fue el camporista Alejandro Fusoni, el nuevo gerente general e integrante del directorio de Enarsa.

Lo primero que hizo Fusoni—que había desembarcado en la empresa en los primeros meses de 2013 junto con el ex vicepresidente ejecutivo Juan José Carbajales—fue ratificar como Jefa de Recursos Humanos a su compañera camporista, Victoria Von Storch con una remuneración de 78.000 pesos mensuales.

Lo primero que hizo el camporista Fusoni al ser ascendido por el gobierno de Macri, fue ratificar a su compañera Victoria Von Storch con un sueldo de 78.000 pesos.

Luego procedió a aplicar la tijera para dejar fuera de circulación al grupo de gerentes y jefes de áreas “devidista” integrado por Paula Cabrera, Miguel Gattas, Haydee Fernández, Daniel Conde, Osvaldo Ramini, Carlos Davidson, Jorge Diegues , Maximiliano Cameile y Juan Carlos Teso.

En tanto, la camada de alrededor de 20 camporistas, que había ingresado a la empresa hace tres años con el apoyo del ex ministro de Economía, Axel Kicillof, pudo asegurarse su continuidad y el manejo de varias dependencias clave.

Junto con la bronca y las quejas de los desplazados, la movida de la nueva conducción de Enarsa también provocó algunos cortocircuitos internos. Uno de ellos tuvo como protagonista a la esposa de Fusoni, la macrista Patricia Glize que aterrizó en la empresa en la última quincena de diciembre.

A los pocos días de incorporarse, Glize –de estrecha relación con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich—se presentó como la nueva gerenta de Relaciones Institucionales en lugar del despedido Carlos Davidson.

La intempestiva aparición de Glize generó un fuerte malestar en el área que llegó a oídos de Balboa, quien decidió correrla de ese lugar para disgusto de Fusoni.

Además, el presidente de la empresa también habría ordenado el desplazamiento de Silvina Masci, una persona muy allegada a Fusoni.

Después de estos tironeos, en los pasillos de Enarsa de Avenida Libertador, las versiones más firmes de los últimos días señalan que la relación entre Balboa y Fusoni habría quedado bastante resquebrajada.