Por Antonio Rossi
Se trata de Aerolíneas Argentinas, cuya conducción encabezada por Isela Costantini resolvió prescindir de sus servicios para contratar otro hotel en el cual a partir de ahora se hospedarán los pilotos y las azafatas que tengan que hacer posta en la ciudad de El Calafate.
Curiosamente, la desafectación del hotel Alto Calafate como proveedor de la aerolínea restatizada no se sustentó en una evaluación puramente económica, sino en un razonamiento de tipo político-judicial.
El hotel de Cristina ganó la licitación de Aerolíneas al presentar una oferta un 2 por ciento más barata que la del hotel Esplendor, a quien finalmente Isela le adjudicó el contrato.
Con el fin de contratar el hospedaje para las tripulaciones que está programado para los próximos meses en la ciudad santacruceña, Aerolíneas decidió llamar a una licitación de precios donde se presentaron tres oferentes.
Al abrir los sobres de las ofertas, los funcionarios de la compañía aérea se encontraron con que Alto Calafate tenía -por una leve diferencia- la cotización más económica de las tres en juego.
Tras solicitar la opinión del directorio, la comisión evaluadora resolvió dejar de lado la propuesta de Alto Calafate y adjudicar la licitación al Hotel Esplendor que había quedado en el segundo lugar.
La oferta de hotel boutique Esplendor -que pertenece a la cadena internacional Fen- habría sido alrededor de un 2% superior a la que presentó el hotel de la ex presidenta de la Nación por un total cercano a los 2,7 millones de pesos.
Los directivos de Aerolíneas justificaron la no contratación de Alto Calafate con el argumento de que iba a quedar “desprestigiada y afectada institucionalmente” si le adjudicaba los servicios a esa sociedad hotelera que “está siendo investigada en causas penales donde también aparece vinculada la anterior gestión de la compañía”.
El hotel Alto Calafate -uno de los principales negocios turísticos de la ex familia presidencial- es propiedad de la firma Hotesur que está en la mira de la justicia por el presunto delito de lavado de dinero.
El hotel fue administrado por la firma Valle Mitre -propiedad del empresario y socio de los Kirchner, Lázaro Báez- desde 2008 hasta diciembre de 2013.
Aerolíneas justificó la exclusión del hotel de Cristina con el argumento que adjudicarle el contrato iba a "desprestigiar y afectar institucionalmente" a la línea aérea.
En ese período -según reveló una investigación del diario La Nación-, Báez le garantizó al hotel un ingreso de 14 millones de pesos por el pago de habitaciones que nunca fueron utilizadas.
A partir de 2013, la administradora del hotel es la empresa Idea SA que preside Osvaldo Sanfelice, quien fue durante muchos años socio comercial y amigo de Néstor Kirchner.
Tras una denuncia presentada el año pasado por la diputada nacional, Margarita Stolbizer, el fiscal federal, Carlos Stornelli impulsó una investigación para determinar si hubo algún tipo delito en la contratación que llevó adelante el ex titular de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde con el hotel Alto Calafate de la familia Kirchner.
La denuncia de Stolbizer destacó que, desde fines de 2008 hasta mediados de 2015, Aerolíneas contrató 35.000 habitaciones por un monto de 2,5 millones de dólares que para la legisladora resulta “exorbitante" debido a la cantidad de vuelos que aterrizaron y despegaron del aeropuerto de El Calafate.